Los vecinos temen que la razón de que una veintena de viviendas de Vilar carezcan de cobertura de fibra óptica pueda responder a un problema de permisos para cambiar los postes telefónicos emplazados en propiedades privadas. La mayoría de los que tendrían que sustituirse para dotar a la zona de internet a la más alta velocidad se encuentran en fincas particulares.

"Cuando llegué de trabajar me encontré un camión y una furgoneta dentro de mi finca, que está sin cerrar. Cambiaron el poste y no llamaron a la puerta, no pidieron permiso", relata Juan Carlos Álvarez. No obstante, al ser para poner la fibra, no le molestaría, pero la realidad es que a día de hoy continúa sin servicio y sin previsión de tenerlo a medio plazo. Ni él ni otras veinte familias de la vieja carretera de Bamio.