Tras el asesinato de su hija Diana Quer, Juan Carlos Quer ha iniciado una titánica lucha social para que la voz de las familias de personas desaparecidas o víctimas de delitos violentos sean escuchadas en los despachos insonorizados y con aire acondicionado de los mandatarios políticos españoles.

Con su empeño y liderazgo, ha conseguido situar en la agenda política el primer Estatuto de las Personas Desaparecidas -su propia hija Diana lo estuvo durante año y medio-, y encabezó un movimiento social en contra de la derogación de la prisión permanente revisable, que se intuía casi como inevitable e inminente tras la llegada a La Moncloa del Partido Socialista.

Después de ofrecer una entrevista a FARO, Juan Carlos Quer ha querido apoyar precisamente este tipo de pena mediante un comunicado:

Se cumple un año del descubrimiento del cadáver de mi hija Diana, asesinada por un ser inhumano que, tras violarla, ocultó su cuerpo en un pozo durante 500 días. Solo el extraordinario trabajo de la Guardia Civil posibilitó la detención de su asesino y la localización de su cuerpo .

Sería el deseo de Diana que su trágica muerte no quedase en una página de sucesos, en un dato estadístico, en un asunto más de lamentable confrontación política.

Sería también su deseo y el de tantas otras jóvenes y menores inocentes asesinados que la trágica pérdida de sus vidas contribuya, al menos, a que nuestra sociedad dé un paso adelante y se adopten por nuestros responsables políticos las medidas legales necesarias para evitar que asesinos y violadores en serie sean puestos en libertad sin estar rehabilitados, para evitar nuevas víctimas inocentes.

Como padre y también como ciudadano seguiré luchando por los derechos de los desaparecidos y para que no desaparezca de nuestro Código Penal la pena de Prisión Permanente Revisable, en vigor desde hace tan solo tres años y que PSOE, Podemos y PNV pretenden todavía incomprensiblemente derogar, en contra de la opinión mayoritaria de los españoles y de los más de tres millones de personas de todas las ideologías que hasta la fecha han apoyado esta iniciativa.

Una pena prevista para crímenes de extraordinaria gravedad y crueldad que protege a los seres más vulnerables de nuestra sociedad -discapacitados, menores, mujeres-, y cuya finalidad es clara: que no se ponga a ningún delincuente peligroso en la calle hasta que no se acredite de forma rigurosa y objetiva que está totalmente rehabilitado. El propio asesino confeso de Laura Luelmo, anteriormente condenado por asesinar a una anciana, evidencia la necesidad de esta Ley cuando solicitó tras su detención: "No me dejen salir, lo volveré a hacer".

Me sumo también como cualquier español con sentido común a todas aquellas propuestas dirigidas a la reeducación y reinserción de los presos así como a las nuevas medidas anunciadas recientemente por el gobierno para su vigilancia cuando éstos sean puestos en libertad. Pero por lógica, no es razonable derogar la Prisión Permanente Revisable, Ley que tiene un indudable carácter preventivo, pues si bien no podrá evitar el primer crimen -como es conocido, cualquier pena de cárcel tiene limitados efectos disuasorios-, sí podrá evitar el segundo, el tercero€al impedir que se ponga en la calle a estos delincuentes no rehabilitados.

Construyamos entre todos, al margen de ideologías e intereses partidistas, una sociedad mejor, más segura y solidaria para nuestros hijos.

Ese es el legado de mi hija Diana, cuyo recuerdo permanecerá siempre en nuestros corazones. Este sería su deseo.