Encontrarte con la mismísima muerte cuando tu único afán es el de sentirte vivo apurando las pulsaciones del corazón con un deporte tan accesible como el correr. Ese fue el trágico final que terminó con la vida de Laura Luelmo. La corredora zamorana de 26 años que sufrió la más repugnante manifestación machista en los últimos días en la localidad onubense de El Campillo, a donde se había trasladado para realizar una sustitución como profesora en un colegio.

Este tipo de catástrofes no han hecho más que potenciar un miedo latente entre la amplia mayoría de las mujeres que hacen deporte. El evitar determinadas horas del día y lugares a la hora de correr en solitario se ha convertido, tristemente, en una estrategia más que añadir a la programación del entrenamiento. Algo que encierra tanta expresión de libertad como es el correr se ha visto coartado. Incluso no son pocas las miradas de extrañeza cuando una mujer corre sola de noche. La preocupación existe y así lo corroboran algunas voces femeninas.

El conocido como running ha multiplicado exponencialmente su número de prácticantes en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, en Vilagarcía se ha extendido esta modalidad con la aparición de clubes como el Triatlón Vilagarcía, el Tran Tran o el VGArunners. Entre esos miembros de la gran familia de corredores se encuentran mujeres como Ángeles Sánchez, Luz Pérez o Martina López, que saben perfectamente, y muy a su pesar, lo que es evitar riesgos a la hora de practicar deporte sin tener que acelerar las pulsaciones por cuestiones de pánico.

Ángeles empezó hace poco más de dos años a convertir el correr en un hábito. Su marido Emilio le animó a ello y poco a poco fue sustituyendo el aeróbic y otras actividades bajo techo por la libertad que supone el calzarse unas zapatillas. Reconoce que "en todo el tiempo que llevo corriendo nunca corrí sola por la noche". La razón es evidente y se reduce al término miedo.

Los entrenamientos de su hijo se convirtieron en el espacio de tiempo elegido para empezar a correr. Desde entonces, y como integrante del Club Tran Tran, ya ha participado en varias carreras populares con unos progresos más que evidentes. Ángeles, enfermera de profesión, se sincera al afirmar que "lo que está sucediendo con tristezas como la de Laura Luelmo es algo macabro. Esta sociedad o cambia o no sé a donde vamos a parar. Siempre hubo miedo a andar sola de noche por la calle, pero es que ahora parece una amenaza constante en cualquier lugar, hagas lo que hagas".

El practicar deporte en compañía se ha convertido en la opción más manida para las corredoras. Además, las obligaciones laborales también condicionan los horarios de entrenamientos por lo que, si éste tiene que realizarse de noche, siempre se tiende a buscar una compañía para llevar a cabo la sesión. Además las horas de luz se reducen en temporada invernal, pero las ganas de entrenar no entienden de solsticios.

Luz Pérez también empezó a familiarizarse con el running viendo el beneficio que le causaba a su marido. La vilagarciana de 41 años era una asidua del deporte ya en sus años mozos. Practicó balonmano, pero encontró en la bicicleta su lugar de mayor expansión. Poco a poco, y desde hace ya cinco años, fue acercándose a la carrera como deporte más practicado y se involucró de la mano de su marido Carlos en la familia del Triatlón Vilagarcía.

"No me considero una mujer miedosa. Reconozco que hasta hace no mucho salía a correr sola, pero ahora prefiero evitarlo. Y eso que nunca me sentí violentada por nadie a la hora de correr", reconoce Luz a la que le gustaba ir corriendo hasta la zona de As Sinas con su música y sintiendo cada día como su capacidad aeróbica avanzaba poco a poco.

Hasta tres o cuatro veces por semana practica deporte y la familia del Triatlón Vilagarcía se ha convertido en su particular cuerpo de seguridad en los entrenamientos de los martes y los jueves. Las otras dos sesiones las realiza en compañía de Martina López, padronesa residente en Vilagarcía.

Martina no duda a la hora de reconocer que el miedo a correr sola es una absoluta realidad. Tampoco oculta que cuando se aficionó a correr hace cerca de cuatro años lo hacía sola e incluso por la noche, pero todo cambió a raíz de dos episodios de peligro que le llevaron a reconsiderar sus entrenamientos.

"La primera vez quizá me asusté sin razón. Estaba corriendo por una zona apartada y vi una maniobra extraña que me asustó. La segunda vez sí tuve mucho miedo porque se me acercó por detrás un coche en una calle sin salida". Lo violento de la situación hizo que Martina no se olvide para nada de como se resolvió aquello, "el conductor bajó la ventanilla y me preguntó si había un gimnasio por la zona. Me asusté porque era una urbanización con muy poca gente, pero le contesté muy seria sin pararme y después corrí todo lo rápido que pude".

Los condicionantes son evidentes a la hora de practicar deporte. En este mismo sentido, Luz también señala que "cada vez es más raro ver a mujeres corriendo solas, especialmente por la noche" y Martina no tiene dudas a la hora de recomendar "el salir acompañadas a correr. Antes no lo tenía tan claro como ahora, pero ahora todo el mundo opta por no hacer nada sola. Ni salir a correr, ni a andar... Es tan triste como real".

La pregunta acerca de cómo se puede solucionar este tipo de episodios machistas genera, según Martina, una solución muy profunda, pero ella apunta directamente a la educación. Una posibilidad basada en la concienciación y el respeto, así como en la inversión en medios para tratar cuestiones conductuales desde bien temprano en base a una justicia que debe endurecer sus prácticas.

Ese miedo declarado a correr solas no está reñido con una reivindicación total y absoluta. Un basta ya bien alto contra la actitud más despreciable del ser humano, la de asesinar. Pero el sentido común obliga ahora a actuar en consecuencia y minimizar cualquier tipo de riesgo. Más aún cuando hay encuestas que dicen que un 28% de las mujeres que salen a correr solas en España han sufrido en algún momento algún ataque sexista. Estos son los resultados de la encuesta a 2.519 mujeres del estudio que llevaron a cabo el pasado mes de noviembre la plataforma Sincronizadas y la revista Runners World.

Correr sin miedo se ha convertido en la meta más perseguida por las corredoras de toda España. Un trayecto que atraviesa otros escenarios más allá del meramente deportivo y que supondría, en el esperanzador caso de lograrlo, terminar de una vez con la lacra de la violencia de género y alcanzar la libertad más pura.