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Las espátulas, que empiezan a criar en el Complejo Intermareal Umia-O Grove, van en aumento

En las dos últimas primaveras se han visto ejemplares en plena reproducción -La prohibición de la caza en los ochenta fue crucial

Ayer se explicaba que la garceta común ha intensificado su presencia de manera notable en el Complejo Intermareal Umia-O Grove, donde incluso ha empezado a criar en las últimas primaveras. Hoy puede decirse algo parecido de la espátula ( Platalea leucorodia), otra de esas aves antaño perseguidas por los cazadores que poco a poco se están recuperando y encuentran refugio gracias a la riqueza de espacios protegidos como el citado, considerado el lugar de invernada y paso migratorio más importante de Galicia; segundo de España.

Castigada por los cazadores hace décadas, cuando la espátula realizaba sus movimientos migratorios entre el norte de Europa y las zonas de invernada africanas, esta ave empezó a sentirse protegida desde que a principios de los ochenta se prohibió la caza en el espacio natural.

Así lo destaca el técnico de campo para centros de investigación en medio ambiente Xurxo Piñeiro, coordinador del perfil en Facebook de "Reserva ornitológica de O Grove y entorno".

Como sabe que "desde entonces la especie tuvo un aumento progresivo, lo cual también se debió al aumento de las poblaciones europeas propiciada por la adopción de medidas de protección en sus países de origen".

Dicho esto el ecologista destaca la importancia el Complejo Intermareal Umia-O Grove para esta ave, y prueba de ello es que alberga a "la gran mayoría de las espátulas de Galicia", siendo además la meca "la principal localidad que escogen en España para invernar fuera de las contadas localidades de reproducción".

Piñeiro apunta que "a partir de 1994 empieza a detectarse que aves no adultas permanecen durante el periodo de cría en el espacio Umia-O Grove (Rodríguez, 1995)".

Y hace alusión igualmente a "la longevidad de estas aves, que pueden vivir más de 30 años" antes de precisar que "la especie siguió aumentando sus números y localidades de cría en el norte y centro de Europa, así como en el sur de la península (García et al, 2009)".

Esto evidencia su expansión. Pero quizás lo más destacado es que "se ha podido observar una pareja de adultos incubando en las dos últimas temporadas de cría dentro de una colonia de gaviotas patiamarillas y garcetas comunes en un islote rocoso" del complejo intermareal.

Es, no cabe duda, una noticia positiva que parece evidenciar "el asentamiento definitivo de la espátula", aunque lógicamente queda mucho camino por andar.

"Que consigan sacar adelante sus pollos es algo que está aún por ver, y además puede llevar hasta una década de intentos infructuosos, tal como se ha podido apreciar en comunidades del sur español", asume el propio Xurxo Piñeiro.

Hay que tener en cuenta que el asentamiento en un islote rocoso es algo "infrecuente en la especie, acomodándose las colonias nuevas habitualmente en árboles, y las más tradicionales en vegetación baja de islotes mareales".

Unos islotes que también existen en el complejo intermareal, pero que pueden llegar a subir las mareas vivas, de ahí las dificultades para usarlos como zonas de cría. Es "un problema que también ha existido en el Atlántico andaluz, donde se instalaron plataformas elevadas que permitieron la supervivencia de los nidos en lo sucesivo", detalla el ornitólogo.

Ya se explicó en otras ocasiones que la espátula, por muchos considerada la "reina de la ensenada" de O Grove y A Toxa, es una de las especies seguidas muy de cerca por los ornitólogos que realizan expediciones en el pesquero-escuela "Chasula", como también por el Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO) del Concello de O Grove y la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).

Se sabe que esta especie alcanza picos migratorios de más de 300 ejemplares y que llegaron a censarse en el intermareal meco hasta 352 individuos.

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