El Concello de Vilanova ha decidido actuar de raíz en la polémica que mantienen vecinos de San Roque do Monte con los propietarios de una vivienda que reivindican como suyos unos terrenos adyacentes y no de uso común como entiende la administración municipal.

Los propietarios del inmueble decidieron acotar el paso a una extensión de terreno instalando tres macetas a modo de jardineras. Su actuación se sostiene sobre dos sentencias judiciales que fallan a favor de la titularidad privada del terreno, pero Gonzalo Durán expone al respecto que "en el catastro de 1956 pone que la parcela es propiedad municipal. Se establece la alineación porque está documentada y hay fotografías antiguas que lo documentan".

El alcalde vilanovés también dejó claro que "le hemos dado tiempo al propietario de las macetas a retirarlas y no lo hizo. Por supuesto que el coste de la retirada lo asumirá él. Esto no puede ser la ley de Pancho Villa".

Varios vecinos del lugar de San Miguel de Deiro se personaron a la hora de la retirada de las jardineras e incluso aplaudieron la tarea por parte de los operarios municipales. Allí también estuvieron los que reclaman como suyo el terreno dejando claro que no van a dar el brazo a torcer y tomarán medidas ante la justicia.

El propio Gonzalo Durán insistía al respecto en que "hemos respetado los derechos del propietario de las macetas. Le hemos comunicado y le hemos dado plazo cumpliendo con la ley, ha tenido acceso al expediente y a los informes urbanísticos que decía que no guardaba el retranqueo. No lo ha querido retirar en plazo y hemos tenido que retirarlas nosotros".

La concejala Nuria Morgade también añadió al respecto que "nadie puede hacer un cierre sin pedir permiso. Hay que respetar la alineación municipal". En la misma idea, el propio alcalde insistió en que "tenemos que obligar a que se cumpla la ley. Lamento que sea así, pero hay que seguir los pasos y pedir un permiso al Ayuntamiento. Esta señora incluso pidió una vez permiso para colocar unos bolardos, se le denegó y ha optado por hacer un cierre encubierto con unos maceteros".

La tensión entre los vecinos era evidente e incluso hubo un intercambio de palabras con los propietarios de las macetas, pero sin ir a mayores aunque allí estaba también la Policía Local de la que no se necesitó su servicio. La visión encontrada respecto a la propiedad del terreno sigue lejos de solución.