El gobierno municipal de Vilagarcía de Arousa rechaza la acusación de los vecinos de la Rúa Carradouxo, en el barrio de Vilaboa, de falta de respuesta a sus reclamaciones en relación con los problemas de anegamiento de la calle y sus casas cada vez que llueve, especialmente en la red de aguas fecales. El Concello replica que sí ha enviado operarios a la zona para desatascar las tuberías, pero indica que las principales causas de las inundaciones son la escasa diferencia de cota de la red, así como el mal uso que hacen los vecinos del saneamiento.

Según exponen fuentes municipales, la semana pasada cuando llamaron los vecinos, personal del servicio de Obras acudió a la zona con el camión desatascador y retiró los residuos que taponaban la red.

El gobierno municipal añade que los desechos retirados en su mayor parte, proceden del mal uso que hacen los vecinos del saneamiento, ya que toallitas, compresas, tampones y demás no se deben tirar por el inodoro.

Otro de los inconvenientes destacados por el equipo de gobierno municipal es que la tubería que pasa por esa calle tiene muy poca diferencia de cota, por lo que los depósitos de áridos y los elementos que se tiran indebidamente por el retrete, tienden a depositarse, y al ir acumulándose, forman tapones con lo que, consecuentemente, la red colapsa y desborda.

"Ya la semana pasada, se les comentó a los vecinos que para evitar desbordamientos, pasarían con mayor frecuencia y de forma periódica a limpiar con el camión succionador, como hacen en otras zonas. Obviamente no van a ir todos los días de la semana, pero si que ya tienen programado en el planing ese punto para pasar de forma periódica", indican desde el ayuntamiento, insistiendo en que también ayudaría que la gente dejase de echar compresas y toallitas a la red de aguas fecales.

Los vecinos de la calle Carradouxo mantienen sus reclamaciones porque dicen que cada vez que llueve un poco fuerte sus propiedades sufren inundaciones. En un tramo de este vial los anegamientos afectan a las fincas, pero hay una hilera de seis casas que están especialmente afectadas porque les llega el agua mezclada con barro, en la mejor de las ocasiones, al interior de sus viviendas hasta la altura de la rodilla.

Uno de los afectados decidió comprar una bomba de achique para poder sacar con más facilidad toda el agua que penetra en su propiedad.

Pero la gota que rebosó el vaso de la paciencia vecinal fue el anegamiento de esta semana cuando las fincas y el interior de varias viviendas resultaron anegadas al rebosar la tubería de aguas fecales de la red municipal.