Hoy se cumplen 40 años desde que la Constitución española fue ratificada en referéndum por casi el 90% de los votantes y FARO ha reunido a cinco arousanos que nacieron con la Carta Magna para echar la vista atrás y analizar sus bondades y sus puntos débiles después de cuatro décadas en vigor en las que la sociedad ha evolucionado considerablemente. La generación arousana coetánea a la Constitución coincide en la necesidad de actualizar el texto de 1978, eliminando artículos que no comparten y modificando otros que, en su opinión, se han quedado obsoletos. Aunque son conscientes del recelo político para llevar a cabo una modificación de la norma suprema del ordenamiento jurídico español, apuestan por una reforma "real", sin ambigüedades que den lugar a distintas interpretaciones en función del partido político de turno.

Jesús Touriño Bouzón nació un 30 de agosto de 1978 en Catoira. Tras vivir un año en Brasil y diez en Barcelona, ahora reside en Carril (Vilagarcía) y trabaja en Vigo como responsable de la oficina técnica y de clientes de una empresa del sector de la automoción. Es crítico con la Constitución, no tanto con su contenido (que también, pues hay artículos como los relativos a la Corona con los que discrepa) como con su manera de aplicarla. "Tenemos que avanzar con ella. Recoge derechos como el de una vivienda digna y al trabajo que, en fin... Y obligaciones, todas", señala Jesús Touriño. Además de los artículos relacionados con la Monarquía, también cuestiona "la unidad indivisible del Estado". "El derecho a decidir de las naciones históricas está un poco en el aire", apunta.

A la hora de reformar la Carta Magna, considera que "no le conviene a mucha gente". "La derecha está centrada en la unidad de España, y la izquierda, perdida en derechos sociales, laborales y de las mujeres, que es lícito y bueno, pero no tienen otro discurso, están perdiendo el norte". "La inacción del Estado español incrementa el independentismo", añade.

La Constitución ha estado de plena actualidad en los últimos meses a raíz de la aplicación del artículo 155 y este catoirense residente en Carril ha vivido en primera persona el conflicto catalán. "No ha estallado ninguna rebelión, pero sí que existe una división social y tanto los políticos catalanes como los del Estado español han actuado de forma irresponsable", opina Jesús.

Paula Dios Suárez, gerente de la Fundación Deportiva Municipal de A Illa de Arousa desde 2005, coincide con Jesús Touriño en que "muchas veces las leyes son buenas o malas según quién las interprete", de ahí que también abogue por una reforma de la Carta Magna. Destaca que algunos artículos recogidos en el papel no se aplican como debería. "Que todos somos iguales ante la ley... Habría mucho que discutir, y en cuanto al matrimonio, también".

Esta isleña diplomada en Educación Infantil y licenciada en INEF cree que una de las asignaturas pendientes de esta democracia son las mejoras en sanidad y en el ámbito deportivo. "Afirmar que la sanidad es pública y universal y que todos los ciudadanos tienen derecho a ella es cuestionable. Sin ir más lejos, en A Illa estamos sin pediatra, así que tienes sanidad si tienes coche o quien te lleve a Cambados. En cuanto al deporte, se van reduciendo las horas en educación física en los institutos".

Tanto Paula Dios como los demás arousanos de la generación de la Constitución entrevistados admiten que desde que entró en vigor la Carta Magna, solo tres años después de la muerte de Franco (el 20 de noviembre de 1975), la sociedad ha ido evolucionando y ganando libertades que en la dictadura eran impensables. No obstante aluden a la necesidad de anteponer el respeto y la educación ante todo, de que sean los pilares básicos de una democracia que, en su opinión, no goza de la mejor salud. "Se prohíben libros, portadas y la Fundación Francisco Franco es legal. Hoy en día nos encontramos con cosas que chirrían un poco", resume Xurxo Charlín, economista y concejal en el gobierno de Cambados.

Aunque nació en Cambados un 14 de agosto de 1978, sus padres llevaban casi una década emigrados en Alemania. Al igual que los demás arousanos que aparecen en este reportaje, Xurxo nació con la democracia. En el golpe de Estado del 23-F todavía no había cumplido seis años, pero al edil cambadés esa fecha le marcó. "Me di cuenta de que había habido una época anterior oscura, de persecución. Me acuerdo perfectamente de ese día; era un día invernal y yo estaba sentado viendo la televisión. Era en color porque la trajeran mis padres de Alemania y era de las pocas que por aquel entonces había en Cambados", relata el cambadés. "Recuerdo esa situación de miedo, inseguridad, de que podíamos volver atrás, a épocas oscuras, al caciquismo", añade.

En cuanto a la vigencia de la Constitución, "tiene 40 años y ya empieza a tener achaques. Como todas las leyes, no puede ser perpetua y debe adaptarse a los nuevos tiempos", reivindica este licenciado en Empresariales y propietario de una asesoría.

En estas cuatro décadas, el edil cambadés cree que como sociedad hemos evolucionado en unos aspectos e "involucionado" en otros. "Cuando yo era pequeño vivíamos con las puertas abiertas y los niños jugaban en la calle, nos conocíamos todos en el edificio y en el barrio", señala Xurxo Charlín.

En el lado positivo, "hemos mejorado económicamente, pues no hay tanta precariedad". "Cuando yo era niño no había infraestructuras públicas, de hecho en Cambados no había pabellón", indica.

Xurxo es exactamente de la misma edad que Iria Cordal Vieites, también nacida el 14 de agosto del 78. Esta cambadesa regenta el quiosco de A Calzada desde hace unos diez años, aunque este pequeño negocio siempre ha estado en manos de su familia. Su madre, Elisa, confiesa el alivio que sintió con la llegada de la Transición. "Antes la gente andaba con miedo, no se podía hablar de nada".

Para Iria el cambio más significativo desde que tiene uso de razón es "la liberación de la mujer". No opina lo mismo Paula Dios, de A Illa, que cree que en materia de igualdad todavía queda mucho por hacer. "Hay que hacer una reforma importante de la Constitución; la sociedad evoluciona y las leyes tienen que ir acorde a ella. Es cierto que hay derechos que en la práctica no se cumplen, pero también tenemos obligaciones, no solo debemos protestar por los derechos", expone Iria Cordal. Recalca que cuando era niña, "las familias nos daban unos valores que hoy en día se están perdiendo".

Por su parte, Paula Dios, vecina de A Illa nacida el 21 de julio de 1978, valora de forma positiva que "la educación primaria sea obligatoria". Su padre empezó a trabajar en el mar con solo 9 años.

Y es que en la época de Franco, las cosas eran muy diferentes. "A mí tía, que ahora tiene 95 años, le cortaron el pelo por ir a una manifestación del primero de mayo. Y eso que le había pedido permiso a su marido", recuerda la responsable de la Fundación Deportiva de A Illa. "En mi casa siempre hemos sido muy reivindicativos, aunque es cierto que al principio de la democracia todavía costaba hablar de determinados temas delante de la gente".

Paula hace balance: "Mis hijos no van a ir al mar con 9 años, hemos avanzado, pero queda mucho por hacer". Esta isleña, licenciada universitaria, con máster y postgrado, tiene dos hijas y vive en casa de sus padres. "Para todo no da", dice en alusión al derecho a una vivienda digna que recoge la Constitución.

Jenma Piñeiro es una vilanovesa que regenta una agencia de viajes en el centro de Vilagarcía. Esta diplomada en Turismo nacida el 26 de febrero de 1978 coincide con los demás arousanos coetáneos a la Carta Magna en que "hemos avanzado en defensa de nuestros derechos pero a nivel de educación nos queda mucho por hacer, queda un largo camino".

Con respecto a la libertad de expresión que tanto se cuestiona desde la entrada en vigor de la denominada Ley Mordaza, Jenma Piñeirño cree que hoy en día "sí se puede ir abiertamente contra algo". No obstante, aunque es de las partidarias de que la Constitución Española "goza de buena salud", apuesta por "tocarla un poco". "Debemos revisarla conforme a los nuevos tiempos". Aboga incluso por regular en la Carta Magna "las nuevas tecnologías".

Algo que preocupa a la mayoría de la generación de la Constitución entrevistada por FARO es la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz. "Es increíble que haya jóvenes e inmigrantes que voten a la ultraderecha", valora Paula Dios. Xurxo Charlín, concejal de Somos Cambados, también advierte del "auge" de la extrema derecha.

El catoirense Jesús Touriño resume tras su análisis que la democracia española todavía "es muy joven y todavía estamos aprendiendo a lidiar con ella".