En el restaurante con "estrella Michelin" Culler de Pau presumen de cocinar "aquello que nos ofrecen la huerta, la lonja, los bosques y los proveedores de confianza".
Es todo ello "lo que marca el ritmo de nuestros platos", siempre a partir de "productos de temporada, con dimensión propia, maduración lenta y específica de nuestro entorno, porque creemos que lo mejor es lo que está en su mejor momento".
Javier Olleros y su equipo puntualizan, no obstante, que la carta de Culler también hace "continuos guiños a algunos productos, recetas y hasta conceptos fetiche: el verano es tiempo de pescados azules, de espárragos blancos, de guisantitos y de tomates; el otoño es para las setas y la humedad; el invierno, de caldos y de pucheros, platos de cuchara que nos fascinan; y la primavera deja paso a una variedad impresionante de hierbas y brotes".
De este modo "cada temporada es totalmente diferente a la anterior y así, interpretamos un territorio y lo ponemos en valor a través de la creatividad y cocinando las estaciones mientras hacemos primar el equilibrio, sabores, colores, cocciones, texturas y sensaciones que conformen un menú contemporáneo sencillo y saludable con resultados armoniosos y dinámicos que despierten todos los sentidos y emocionen".