Más allá del futuro del Peñón de Gibraltar, son muchos los que están pendientes de las negociaciones entre Gran Bretaña y la Unión Europea porque el "Brexit" influirá directamente en sus negocios. En O Salnés, las bodegas de albariño conforman uno de los sectores económicos más sensibles a los acuerdos, ya que el Reino Unido es con mucha diferencia el segundo destino de las exportaciones de los vinos de Rías Baixas. Y aunque por el momento el "Brexit" no solo no ha hecho mermar las ventas, sino que incluso aumentaron, algunas bodegas sí han congelado sus tarifas para no ahogar a los importadores británicos. Y los bodegueros siguen instalados en la incertidumbre, pues temen que Gran Bretaña quiera engordar sus arcas públicas a base de impuestos al vino y nuevas tasas arancelarias.
Bodegas Zárate, de Ribadumia, es una de las que congeló sus precios al ver como sus importadores británicos se quedaban sin margen alguno de rentabilidad tras el referéndum de junio de 2016, en el que los británicos decidieron abandonar la Unión Europea. Eulogio Pomares explica que los distribuidores británicos "se vieron afectados, primero por la depreciación de la libra esterlina, y en segundo lugar por el aumento de los impuestos sobre el vino". Se abría por lo tanto un escenario sombrío en el que predecían un brusco descenso de las ventas, y los importadores pidieron a los productores gallegos un esfuerzo para que su margen de negocio no se desinflase del todo.
Zárate adaptó los precios de sus vinos en el Reino Unido, y la medida le vino devuelta en forma de un importante aumento de ventas en los dos últimos ejercicios.
Otras experiencias
No todas las bodegas congelaron los precios a pesar de la nueva coyuntura política y fiscal en Gran Bretaña. Roque Durán, de Terras de Asorey, afirmó ayer que "a nosotros nadie nos pidió una congelación de tarifas", y que en ese sentido mantuvieron la misma filosofía que con otros destinos. "Hicimos lo mismo que con Estados Unidos o cualquier otro destino de exportación".
Pero según Durán, también para ellos han crecido las ventas pese a la actualización de precios. "Gran Bretaña e Irlanda son para nosotros el mercado más dinámico, y la demanda sigue creciendo", declaró el responsable de Terras de Asorey.
Guillermo Hermo, del Pazo de Rubianes (Vilagarcía) admite que el acuerdo firmado durante el fin de semana entre Reino Unido y la Unión Europea no despeja las dudas. "Hay mucho temor a las repercusiones de determinadas decisiones. Estamos preocupados porque el Reino Unido es uno de los nuestros mercados más importantes".
Y es que en Gran Bretaña apenas se produce vino, de ahí que la práctica totalidad de los caldos que se consumen en las islas procedan de otros territorios vinculados cultural y políticamente a ellos, como Australia o Sudáfrica, o de los productores europeos tradicionales, como Francia, Italia o España.
Ahora quedan por delante dos años de transición -siempre y cuando los británicos bendigan el acuerdo-, en los que no se prevé un escenario muy diferente al actual, salvo que la libra siga perdiendo valor con respecto al euro. Pero en las bodegas hay un poso de dudas, y asumen que tras la firma del domingo "se abre una nueva etapa de incertidumbre", en palabras de Eulogio Pomares. "El balance después del referéndum hasta ahora es positivo. Pero en el sector hay temor a que Gran Bretaña imponga nuevos impuestos y trámites aduaneros, porque eso incrementaría mucho los costes".
El albariño es un vino de precio medio-alto en el Reino Unido, y aunque también se vende en supermercados, su principal nicho de mercado se encuentra en las tiendas especializadas y en la hostelería de cierto nivel adquisitivo.
