Mantener los 51 puestos de trabajo y un servicio que está funcionando para 106 residentes. Ese fue el objetivo del acuerdo alcanzado ayer por la Corporación de Vilanova para intentar salvar la residencia Valle-Inclán. Para ello, el Concello se pondrá en contacto hoy mismo con los responsables de Servizos Sociais de la Xunta con el fin de mantener un encuentro y tratar de buscar una solución. El acuerdo se evidenció ante un nutrido grupo de trabajadores y familiares de residentes que asistieron al pleno para defender la gestión del geriátrico.

El conflicto de la residencia Valle-Inclán llegaba al pleno de la mano de Gañemos, formación que exigía la creación de una mesa negociadora, con representantes de todas las partes implicadas, para solventar el conflicto. Su representante, Elena Cores, cedió la palabra a la familiar de un residente. Esta explicó la odisea en la que se encuentran las familias, con cartas conminándoles a trasladar a sus familiares, a los que solo se les ofrecen plazas en residencias de O Barco de Valdeorras. "Hemos acudido a la Valedora do Pobo al considerar que se está incumpliendo la Ley de Servizos Sociais de Galicia en la que se especifica que las personas residentes deben estar cerca de sus familias, pero a nosotros nos mandan para O Barco", explicó. Además, insistió en el hecho de que la cuestión de la residencia Valle-Inclán es meramente administrativa, "por lo que la administración tiene en sus manos el poder resolverla". Concluyó reclamando a los grupos de la Corporación que mostrasen a la Xunta "la sensibilidad que se necesita para resolver el problema".

No fue la única familiar en intervenir en el pleno, que se llegó a suspender hasta en tres ocaisones para que pudiesen hablar. Incluso un trabajador quiso intervenir para afearle a Manuela Portas, la representante del BNG, que citase la existencia de un largo conflicto laboral y de tres empresas diferentes que carecen de los permisos que otorga la Xunta para este tipo de trabajos. "Las tres empresas de las que habla son una sola persona que, gracias a su empeño personal, ha conseguido que la residencia funcione de una forma modélica", espetó.

También otro familiar solicitó la palabra para pedir a toda la Corporación que "luchéis por la residencia, porque se trata de unas instalaciones que le gustan a los residentes y a sus familias y en las que el trato es genial; falta la primera vez que hayamos tenido una queja de mi madre que está encantada con los cuidados que se le prestan por parte de los trabajadores". Todas esas intervenciones finalizaron con los aplausos de las personas que se congregaron en el salón de plenos.

Javier Tourís, que ejercía como alcalde accidental en ausencia de Gonzalo Durán, asumió las reclamaciones de los trabajadores y familiares y le dio una vuelta de tuerca a la moción de Gañemos: "Dejemos a un lado la mesa de negociación y pidamos una reunión con la responsable de Servizos Sociais de forma inmediata, en la que participemos todos los grupos políticos y los sectores implicados". Elena Cores le exigió "la máxima rapidez", a lo que Tourís respondió con un "ahora no hay nadie en la Xunta para llamarles, pero por la mañana lo haré a primera hora". Cores insistió en la necesidad de que se celebre la reunión cuanto antes por la urgencia de la situación mientras aceptaba la propuesta de Tourís. Eso si, tuvo que escuchar un "que electoralista eres" desde las filas del grupo de gobierno.