En 2007 el Congreso de los Diputados daba luz verde a la Ley de Memoria Histórica promovida por el gobierno de Zapatero. Una década después, todavía son muchos los municipios que siguen luciendo calles, monumentos e insignias en honor a personas vinculadas con el régimen franquista. Uno de ellos es el de Vilagarcía. Es cierto que el actual ejecutivo de Alberto Varela ha dado algunos pasos al respecto como la retirada -en febrero de 2018- de los títulos honoríficos concedidos en los años 60 a Franco y a su mujer Carmen Polo o la creación de un grupo de trabajo con la oposición para revisar el callejero de la ciudad con dos objetivos prioritarios: aumentar el grado de cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y el ínfimo número de viales públicos con nombre de mujer (ahora hay menos de diez). Pero desde el 31 de enero de este año, cuando se reunió la comisión por última vez, no se ha producido ningún avance.

El principal motivo de este retraso ha sido la propuesta del edil no adscrito Miguel Alves -aceptada por el gobierno socialista- de contratar una empresa para que se encargase de analizar el callejero y asesorar a la corporación en la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. La partida se incluyó en el Presupuesto de 2018 y por tanto hubo que esperar a su aprobación definitiva (el 11 de mayo) para disponer del dinero. En junio se estaban comenzando a redactar los pliegos y en la actualidad esa asistencia técnica todavía no ha sido adjudicada. Fuentes municipales señalan que se sondearon posibles firmas candidatas y que la contratación está "a punto" de efectuarse.

Mientras este trámite no se produzca, la Ley de la Memoria Histórica seguirá siendo una asignatura pendiente en Vilagarcía. El monumento más llamativo es la cruz de grandes dimensiones que preside la fachada de la iglesia parroquial, en el centro de la ciudad. El relieve es un homenaje a los miembros del "bando nacional" y al fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.

Ya hace quince años que el Ayuntamiento solicitara al Arzobispado la retirada de ese símbolo falangista y en 2018 el equipo de Varela volvió a cursar la petición, aunque por el momento la cruz sigue en el mismo sitio.

Lo que sí ha hecho el Concello en materia de memoria histórica es retirar los títulos honoríficos tanto a Francisco Franco como a su mujer Carmen Polo. También hay acuerdo para renombrar calles de Vilagarcía con las figuras del exjuez Luis Pando Rivero y el exalcalde y exministro Laureano Gómez Paratcha, ambos represaliados tras el alzamiento militar de 1936 y nombrados Hijo Adoptivo y Predilecto de Vilagarcía, respectivamente. Lo que no se ha determinado todavía es qué viales llevarán sus nombres.

En el pleno en el que se dio luz verde a las distinciones de Pando y Gómez-Paratcha, en enero de 2017, la portavoz del gobierno socialista defendió que su equipo ya había dado pasos en materia de memoria histórica como el paseo Elpidio Villaverde, el monumento Rosas Rotas del Miguel Hernández o el homenaje a los represaliados en el cementerio. Anunció el "próximo" cambio de nombre de las calles del Almirante Fontán y del General Yagüe, pero tras la polémica vecinal creada en Vilaxoán, no llegó a ejecutar la nueva nomenclatura.

La retirada del busto de Calvo Sotelo de los jardines Doutor Fleming es otro de los anuncios del gobierno socialista. Tampoco se llegó a materializar. Y de hacerlo, se avecina controversia, puesto que es la única obra de Asorey en Vilagarcía y el fallecimiento de Calvo Sotelo se produjo unos días antes del alzamiento militar de julio de 1936 (la Ley de Memoria Histórica atañe al periodo de la dictadura franquista).