Las bodas de oro del colegio de Coirón-Dena congregaron ayer a 400 personas que disfrutaron de un encuentro que se centraba a las horas centrales del día alrededor de un almuerzo en el que se servía una monumental paella. El resultado, un acto entrañable de abrazos y reencuentros en que se citaron generaciones de alumnos y profesores que fueron pasando por el centro a los largo de estos 50 años.

La jornada, centrada en el interior del pabellón de deportes por la lluvia, arrancaba al filo del mediodía, en que la gente comenzaba acudir en gran número a un evento que organizaba el actual equipo de profesorado del centro, mientras en los aledaños ardía ya la leña para cocinar la monumental paella a cargo de una firma murciana. Su cocinero mayor Fernando Vivancos reconocía que "el secreto de una buena paella está en cocinarla con leña y no con gas, porque el hacerla fuego lento y emplear leña le da un sabor particular al plato".

Mientras, en el interior del pabellón, turno para la música con un pasacalles de la banda Unión Musical de Meaño y, acto seguido la actuación de la Danza de Arcos de Cobas, que bailaba al son del grupo de gaitas de la cultural Penaguda. Entre los integrantes de todas estas formaciones, muchos habían sido alumnos del colegio de Dena, lo que añadía su componente emocional al momento.

Los niños también pudieron disfrutar participando en juegos populares.