Ernesto Benito Alejandro Barral Iglesias, nacido el 11 de julio de 1930 en O Grove, falleció el lunes tras una dura y prolongada enfermedad. Persona querida y admirada en la villa meca, fue también un hombre alabado en Santiago y su comarca, dándose a conocer como canónigo catedralicio.

Ahora que todos lloran su muerte puede decirse que muchos aún guardarán en la retina las imágenes de Alejandro Barral subido a los tejados de la catedral en febrero de 2005, haciendo de guía para visitantes tan conocidos como los entonces presidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves; la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño; de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; y del Partido Popular, Mariano Rajoy.

Otros muchos, la mayoría, sabrán de él tanto por su papel como canónigo de arte de la catedral de Santiago como por haber dirigido el museo se la seo durante tres décadas.

También fue secretario del Consejo de Fábrica y durante dos décadas ejerció como responsable de las obras de conservación del patrimonio de la catedral, encargándose de recuperar el coro ligneo del Maestro Mateo y del coro de madera, además de abanderar la reparación de las cubiertas.

Dicen en el Arzobispado de Santiago que "también se notó su mano en la recuperación del museo catedralicio, que organizó con criterios científicos, y fue un firme defensor de la redacción de un Plan Director de la catedral que se ajustase a la realidad del edificio y a sus necesidades de financiación para conservar su inmenso patrimonio".

El cardiólogo jubilado Francisco Sabell Salgués, buen amigo del fallecido y su familia, abunda en todo ello diciendo que "como director del museo de la catedral durante 30 años siempre señalaba como principales hitos el logro del mecenazgo de la fundación Pedro Barrié de la Maza, el acceso a la cubierta del templo y el montaje museístico del Coro Pétreo del Maestro Mateo".

Como también estaba orgulloso de "la recuperación y traslado del coro ligneo del siglo XVI de la catedral y su montaje en el Coro alto de San Martín Pinario, y de la creación de la Fundación de la catedral compostelana, promoviendo las primeras medidas de investigación para la restauración de Pórtico de la Gloria, maravillosa realidad que felizmente pudo contemplar conclusa antes de su fallecimiento".

Igual de importantes fueron sus publicaciones "en libros, revistas especializadas nacionales y extranjeras, en catálogos y múltiples artículos y dibujos sobre la catedral que hacen que su ingente obra y biografía sea de obligada referencia".

A este respecto, son de destacar cuatro libros, dos de ellos sobre la catedral de Santiago, "a la que le dedicó los mejores esfuerzos de su vida", según apunta el Arzobispado, una "Guía de la Archidiócesis de Santiago de Compostela" y un libro dedicado a Santa María la Real de Conxo.

Trabajador infatigable, "una de sus últimas ilusiones, fue la última reunión de la familia Goday, que tuvo lugar en agosto pasado y a la que, a pesar de su delicado estado de salud, quiso asistir.

"Quedó entusiasmado por la proximidad de una familia a la que tanto quería, por el diálogo fluido con todos y cada uno de los presentes, y por saberse querido también por todos ellos", explica Francisco Sabell Salgués. "Estaba feliz y contento porque Dios le hubiese permitido asistir al encuentro antes de que sus fuerzas empezaran a mermar", proclama el cardiólogo grovense.

Los restos de Alejandro Barral se velan en la Capilla de las Reliquias de la catedral. El funeral de exequias se celebra hoy, desde las 17.00 horas, en el Altar Mayor, por lo que saldrá un autobús desde O Corgo a las 15.00 horas.