Un joven de 18 años ha sido detenido como presunto autor de una buena parte de los robos e intentos de robos que se produjeron en Cambados durante el pasado fin de semana. Se trata, al parecer, de uno de los integrantes de la popularmente conocida como "banda del chimpín", un grupo de adolescentes, muchos de ellos menores de edad, que hace unos años solían reunirse en una caseta de obra de la zona de O Pombal y que llegaron a entrar en el centro de día de San Tomé, cuando todavía estaba cerrado al público, con la única finalidad de causar destrozos.

El ahora investigado vivía en una de las casas de profesores del colegio Antonio Magariños ya abandonadas, y parece ser que fue allí donde la Guardia Civil le detuvo entre el domingo y primera hora de ayer lunes. Tras tomarle declaración e instruir diligencias, el joven quedó en libertad, a la espera de ser llamado a declarar por la juez de guardia.

Al investigado se le imputan numerosos robos. Eso sí, en principio no hay sospechas de que también él pudiese estar detrás del asalto en el chalé de una hija de Laureano Oubiña. El botín en ese caso fue de unos 120.000 euros, y se cree que fue perpetrado por uno o más personas bien preparadas.

El pasado fin de semana fue muy complicado en Cambados. Los primeros robos que se conocieron ocurrieron en el complejo deportivo de O Pombal y en sendos vehículos aparcados en las proximidades de esa zona, la calla Carreira y la avenida de Vilagarcía.

El botín más sustancioso fue el que obtuvo en unas dependencias del club de fútbol Juventud, donde se llevó 250 euros. De uno de los coches, por ejemplo, se llevó una memoria usb, de valor económico prácticamente nulo. Del otro, cogió la documentación. Eso sí, causó daños de consideración en los vehículos, al forzarles una puerta y romperles una luna. Pero no quedó ahí el rosario de incidencias de estas características registradas desde el viernes en la Vila do Albariño. Y es que los ladrones también entraron en el centro social de A Mercede (de nuevo un inmueble próximo a O Pombal), donde causaron estragos en las puertas.

También llevaron un disgusto los dueños del Conxuro, el bar situado frente a la entrada del instituto Ramón Cabanillas. Intentaron forzar la puerta, supuestamente con una palanca o un destornillador, pero sin éxito.

Asimismo, la propietaria de la tienda Sansatur, María del Carmen Pillado, se llevó el domingo a mediodía una desagradable sorpresa al llegar al comercio y ver que le habían intentado reventar a golpes el escaparate. No lo lograron, ya que se trata de un cristal blindado, pero los daños son importantes. El vidrio recibió tantos impactos que las astillas salieron desprendidas hacia el interior de la tienda.

Amanecer del domingo

María del Carmen Pillado cree que el robo frustrado en su tienda tuvo que producirse entre las 6.00 y las 8.00 del domingo, aproximadamente. Considera que antes no pudo ser, puesto que había gente por la calle tomando algo en los locales de la movida.

Se da la circunstancia de que se trata de un negocio muy céntrico, situado en la plaza Ramón Cabanillas (donde se encuentra el Baco), pese a lo cual ningún vecino habría advertido lo que estaba sucediendo.

Pillado no ocultaba ayer su preocupación. Hace un par de años, el cristal blindado ya la salvó de otro robo, pero lo que le preocupa ahora especialmente es que el episodio no fue aislado. Ni siquiera fue algo efímero del fin de semana, puesto que hace apenas un mes una o más personas ya entraron en varios negocios de la Rúa Real, en el entorno de Fefiñáns.

No se descarta que el joven arrestado este fin de semana pudiese estar también detrás de esos hechos, pero es un asunto que la Guardia Civil todavía tiene que concretar. Sea como fuere, a raíz de aquellos episodios la asociación de comerciantes, Cambados Zona Centro, alzó el grito en el cielo, reclamando que se mejorase la seguridad.

También María del Carmen Pillado lo reclamó ayer. "Tiene que haber más presencia policial en la calle. Esto ya empieza a ser peligroso porque están entrando en casas y en bares. Llevamos unos meses durmiendo con miedo. Tiene que haber más vigilancia".

Un temor de los afectados es que cualquier día el ladrón o ladrones se encuentren con el dueño de una de las propiedades y que el enfrentamiento termine en sangre.