Gimena Barragán admite que al principio tenía muchas dudas. Por un lado, la presidenta de la Anpa creía ciegamente en las bondades del proyecto. Y por el otro, la madre estaba preocupada. "Claro que como madre tenía miedo, porque mi hija no había ido sola a ningún sitio, pero creo que el balance es positivo".

Las reticencias de muchos padres, que temen que a sus hijos les pueda pasar algo o que se encuentren solos ante cualquier imprevisto, es uno de los grandes frenos que los "caminos seguros" tienen. Pero para los pedagogos se trata de una herramienta educativa más. "Los profesores nos lo dicen constantemente, que tenemos que dar más autonomía a los niños, no dárselo todo hecho".