Luis Arruty, de 45 años, tiene déficit de alfa-1 antitripsina desde el nacimiento. Su cuerpo no produce suficiente cantidad de una proteína que protege de daño a los pulmones y al hígado. Esto le provocó efisema y EPOC.
"Lo sufro desde que nací, pero no me lo diagnosticaron hasta que tenía casi 40. Hasta entonces me medicaron de asma y alergia al polvo. Es de tipo hereditario", asegura el pontevedrés.
Un largo paso por el sector de la hostelería, en el que hasta no hace tanto se podía fumar, empeoró su condición.
"Tragué mucho humo como fumador pasivo. Con los años me detectaron esta enfermedad. No se conocía y el problema es que yo ya tenía mal los pulmones. Ahora estoy jubilado", explica.
Luis Arruty solo practica ejercicios de relajación en los que puede controlar la respiración, como el yoga, el tai chi y la meditación. "Llevo una vida muy sana y un horario europeo", informa.
Cada 21 días le administran prolastina por vena en el Hospital Montecelo.
Para moverse, además del coche, ahora utiliza el patinete eléctrico. "Para personas con poca movilidad o poca capacidad nos ayuda muchísimo. Lo compré en julio y me da muchísima libertad. Poca gente lo ve de esta manera", indica.
Luis Arruty está en contacto con la asociación de alfa-1 a nivel español, que tiene una sede en Santiago.
