Los familiares de un paciente vilagarciano que lleva una semana ingresado en aislamiento en el Hospital Comarcal do Salnés con sospecha de tuberculosis, denunciaron ayer la situación tercermundista que tuvieron que pasar en el Hospital Montecelo, esperando horas, en pleno vestíbulo principal, la llegada de la ambulancia.

Se trata de un paciente de edad avanzada que además padece EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica) por lo que está grave y en una camilla. La hija del enfermo explicó que en el centro hospitalario comarcal mantuvieron escrupulosamente el aislamiento de su padre y que las personas que están junto a él tienen que llevar mascarilla.

Sin embargo, la situación cambió cuando fue derivado a Pontevedra para practicarle una broncoscopia en el CHOP. Una vez que se le realizó la prueba, lo enviaron a la sala de espera normal, por lo que sus familiares solicitaron poder permanecer en alguna otra estancia más recogida porque, en primer lugar acababa de hacérsele un estudio que implica una posible complicación, al introducirle un tubo para visualizar las vías respiratorias y recoger muestras.

Además se trata de un paciente que tiene un cuadro grave de EPOC y que fue hospitalizado por sospecha de padecer tuberculosis, una enfermedad muy infecciosa.

A pesar de la petición, y de que el paciente estaba en una camilla, se le mandó en un primer momento a la sala de espera normal y después comunicaron a la familia que lo llevarían a la planta -1. La sorpresa, al llegar, fue que esta planta era el vestíbulo principal de entrada del Hospital Montecelo y que al paciente lo dejaron en la camilla junto al kiosco de las revistas, al lado de la puerta de entrada a merced del frío que se filtraba cada vez que alguien accedía al recinto.

En esta situación estuvieron desde poco después de las dos de la tarde hasta casi las cuatro de la tarde cuando apareció la ambulancia.

Si para el enfermo ésta fue una situación de grave riesgo, por su delicada salud, no fue el único expuesto porque, de confirmarse la tuberculosis cuyo diagnóstico definitivo está a la espera de los resultados de las pruebas diagnósticas, se han puesto en peligro todas las personas que durante dos horas pasaron por el vestíbulo principal del CHOP, así como en la sala de espera en la que el paciente fue dejado tras practicársele la broncoscopia.

El hombre regresaba sobre las cuatro y media de la tarde de ayer a su habitación de aislamiento en el centro hospitalario comarcal.