La celebración de la séptima edición del Congreso Internacional de Piragüismo en Catoira ha superado sus propios límites. Su papel de referencia en la formación de entrenadores se ha demostrado en datos que ayudan a comprender la relevancia de este cónclave para el progreso de este deporte. Hasta 289 personas han asistido durante tres días a una serie de conferencias y talleres en el que el nivel de las ponencias ha suscitado el interés de técnicos de hasta quince países diferentes.
Manuel Isorna, auténtico impulsor de este evento, no dudó en apuntar respecto al balance de esta edición que "ha sido impresionante. Vinieron 289 personas a Catoira este fin de semana. Para nosotros es una cifra récord y lo más importante es que muchos incluso se han sorprendido del alto nivel técnico y organizativo que tiene el evento".
Una de las cuestiones que Isorna señala para enfocar el aumento de un 15% en la asistencia respecto al año anterior fue la inclusión del I Congreso Internacional de Slalom, "creo que fue determinante. El máximo responsable mundial de la modalidad, Jean Michel Prono, quedó incluso impresionado del alto nivel del congreso y nos ha brindado todo el apoyo de la ICF".
Acerca del nivel de las ponencias con entrenadores y deportistas olímpicos, Manuel Isorna no duda en reconocer que "es muy difícil poder superar este nivel. En cada edición tratamos de superarnos, pero se nos hace cada vez más difícil. Ya de por sí mantener este nivel es un esfuerzo enorme".
Una de las mayores satisfacciones que se encuentra el comité organizador son las buenas críticas que reciben de los muchos entrenadores extranjeros que han situado a Catoira en el mapa gracias a este Congreso Internacional. En esta línea Isorna apunta que "ha venido gente incluso de Australia expresamente para buscar más conocimientos en su materia. Eso es un ejemplo que da valor a todo el trabajo que se realiza".
Con un carácter bienal, las miras ya empiezan a ponerse en la edición de 2020. El director del evento, que cuenta con la colaboración de la Universidad de Vigo y el Concello de Catoira, además de las federaciones, sostiene que "aunque parezca lejos, prácticamente hay que empezar a trabajar desde ya. El volumen de trabajo que genera un evento de tanta magnitud es altísimo. Se necesita bastante más de un año para que todo se pueda llevar a cabo".
Incluso el propio Auditorio de Catoira, con capacidad para 450 personas, se quedó pequeño en momentos puntuales. La charla el sábado de Miguel García sobre la evolución del 500 al 200 de Saúl Craviotto desde las Olimpiadas de Pekín 2008 a las de Río 2016, o incluso la visita el domingo del propio Saúl Craviotto y la también olímpica Maialen Chourraut, fueron algunos de los momentos álgidos del fin de semana.
Por último, acerca del impacto económico y social que supone un cónclave de este tipo, Isorna considera que "vincular a Catoira con formación a nivel mundial es un hecho que habla por sí solo. Además del empuje económico para toda la comarca con hoteles llenos".
