Yaisa Rial es una madre de Cambados de tres hijos que está luchando contra lo que entiende como "una injusticia" de la Consellería de Educación al negarle una beca de estudios a su primogénito de 12 años diagnosticado con el Síndrome de Asperger.

La resolución de la administración competente ha tenido una incidencia aún mayor en la situación familiar puesto que en los últimos meses también se le diagnosticó a su hija menos de 7 años un Trastorno del Espectro Autista de nivel 1.

La propia Yaisa explica al respecto que "el curso 17/18 solicité la beca para las necesidades educativas especiales para mi hijo mayor y se la denegaron. De la pequeña no pedí porque no estaba diagnosticada por aquel entonces". Las causas alegadas por Educación para justificar su decisión se centraban en datos económicos relativos a la actividad desarrollada en el estanco que Yaisa regenta en Cambados y ahí es donde entiende que se comete el error, "tomaron como referencia la facturación que yo tengo en el estanco, pero yo soy autónoma y el 80% de la facturación se va en impuestos especiales. Mi rendimiento neto solo fue un 3% de lo facturado".

Subraya la vecina de Cambados que "en rendimiento neto si estamos en los umbrales que se consideran en las bases para poder acceder a la ayuda. La administración no conoce la realidad de la situación cuando por ley los estancos solo ganamos un 8,5% bruto de la facturación total, que en mi caso se quedó en un 3% neto".

Yaisa ya presentó una primera alegación a la denegación de la beca que fue rechazada. Tras esperar a la lista definitiva de los becados, presentó un recurso de reposición que también fue desestimado por Educación. Ahora, y tras reunión con abogados, apunta que "pondré un contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional contra esta injusticia. Además a mi hijo mayor la propia Xunta le estimó una discapacidad del 34%. Y a ver que pasa cuando solicite las becas de este curso en el que tendré que pedir para el mayor y la pequeña".

De lo que no tiene ninguna duda Yaisa es que sus hijos acudirán igualmente a terapia mientras pueda permitírselo, a pesar de que ello reste calidad de vida incluso a la hija mediana al tener que sacrificar algunos de sus gustos por el bien de sus hermanos. Y es que los gastos de atención profesional asciende a los 250 euros al mes por los dos hijos diagnosticados. "Mis hijos tienen derecho a ser ayudados, porque la educación pública no cubre esas necesidades".

El coraje que le genera lo que considera un error por parte de la Consellería de Educación ha llevado a Yaisa a contactar con la valedora do pobo Milagros Otero para ponerles al corriente de una situación que supone una "total discriminación".