Las previsiones pesimistas que tenían los cazadores de O Salnés se han cumplido, y ayer regresaron a casa tras el primer día de caza menor con pocas piezas. "Desde principios de septiembre para acá la caza bajó un setenta por ciento", afirma el presidente de O Corazón do Salnés (Meaño), Rafael Otero. Durante la jornada de ayer, sus compañeros y él estuvieron recorriendo todo el entorno del mirador de A Queimada, en la parroquia de Xil, y el resultado fue muy modesto. "Matamos tres conejos entre cinco hombres. Otros años, el primer día se cazaba más. Pero tampoco se trata exactamente de matar, sino de las piezas que levantas".

"Otros años -prosigue Rafael Otero- a lo mejor no matas muchos más, pero levantas doce o quince conejos durante el día. Y hoy (por ayer), casi no vimos nada". Otero, como muchos otros dirigentes cinegéticos gallegos, lamenta la entrada a finales de verano de un fuerte episodio de enfermedad vírica, que ha diezmado las poblaciones de conejo, matando incluso el que soltaron las sociedades de caza, y que había sido criado en semilibertad y vacunado.

Jesús Beloso, de Karsita (Vilagarcía), comparte con Otero la apreciación de que la enfermedad vírica ha hecho mucho daño, aunque en su caso no es tan pesimista. "Ha sido un comienzo regular", aduce. "En todo el coto se habrán matado unos 50 conejos". Apunta que, con independencia de que haya podido haber bastante mortandad, "esta temperatura tampoco deja trabajar a los perros. Está todo tan seco, hay tan poca humedad que pierden el rastro enseguida".

De Karsita subieron ayer a Xiabre en torno a un centenar de escopetas. Muchos de los aficionados hicieron jornada de mañana y tarde, siendo ésta mucho más fructífera. "A la mañana fue bastante mal", asegura. Beloso confía en que a medida que enfríe el tiempo, a los perros les será más sencillo seguir el rastro de la caza.

La presente temporada ha empezado con sensaciones agridulces en la mayoría del sector cinegético gallego. Hay "tecores" donde ni siquiera ha habido caza con escopeta, como los de Catoira o Valga debido a la escasez de conejo. Las expectativas son mejores con las piezas de pluma, y ayer se materon varias perdices en el Xiabre.