El Concello de Valga quiere elaborar un plan de movilidad municipal de acuerdo con la opinión de los vecinos. Para ello, a través de la empresa Eptisa y con ayuda económica de la Diputación de Pontevedra, realiza una consulta popular entre sus ciudadanos.
Se trata de una encuesta para conocer las preferencias, inquietudes y demandas de los ciudadanos, para de este modo determinar cuáles son las actuaciones más necesarias o urgentes.
Lo que se plantea es una treintena de preguntas mediante un formulario que puede cubrirse desde las redes sociales, en los edificios municipales y en la web del Concello.
El gobierno del conservador José María Bello Maneiro pregunta por el sexo, edad y parroquia de cada encuestado antes de pedirle que explique qué mejoraría de la movilidad en el municipio, planteando como posibles respuestas las aceras, la accesibilidad peatonal, la movilidad ciclista, la calidad del aire y la circulación de vehículos privados.
También se pregunta qué problemas parecen más importantes, ya sean las dificultades para el tránsito peatonal, de coches, de bicicletas o de autobuses.
Con este cuestionario se quiere saber igualmente "qué modo de transporte sostenible se debería mejorar", dando como opciones los desplazamientos a pie, el transporte público entre parroquias, el interurbano, taxi, bicicleta o motocicleta/ciclomotor.
Se pregunta, asimismo, "qué medio de transporte utiliza habitualmente cada vecino para sus desplazamientos diarios, en qué casos acostumbra a desplazarse a pie y, en este supuesto, con qué problemas se encuentra al caminar.
Por qué utiliza el encuestado el transporte público, qué mejoras introduciría en los mismos, cuántos minutos emplea en su recorrido, para qué deberían utilizarse los itinerarios peatonales en la localidad o qué animaría al ciudadano de turno a emplearlos son otras cuestiones incluidas en este cuestionario, cada una con diferentes respuestas posibles.
Pero hay otras muchas cuestiones que el Concello quiere determinar, como "¿para qué cree (el vecino) que debería utilizarse la bicicleta en Valga?" o "¿qué le animaría a usar la bicicleta?", dando como opciones la existencia de carriles apropiados y aparcabicis o una menor densidad del tráfico.
Los participantes en la consulta pueden indicar para qué utilizan el coche habitualmente, si sufrieron algún accidente en el último lustro, si estarían dispuestos a compartir su viaje con estudiantes, compañeros de trabajo o amigos, y si creen que Valga debería disponer de una aplicación web o móvil que indique a los ciudadanos la ubicación de los buses, horarios previstos y su conexión con otros medios de transporte.
Por último se pregunta a los valgueses si accederían a alquilar vehículos con motor eléctrico para realizar sus desplazamientos, pidiéndoles que indiquen las limitaciones de este servicio, como por ejemplo no contar con puntos de recarga, su alto coste, unos ingresos familiares insuficientes o la poca potencia y velocidad de esos coches.
