A la espera de ver cómo evoluciona la segunda recolección de aceituna, después de que en la primera -hace justamente un año- se recogieran de forma prematura 150 kilos, el olivar impulsado por el cura de la parroquia de Setecoros (Valga) y sus feligreses se consolida como una iniciativa exitosa que puede servir de ejemplo en otros lugares de la comunidad.

Tanto es así que esta explotación -dos hectáreas de terreno provistas de unas 1.800 plantas- es una de las referencias en jornadas de trabajo, debate y aprendizaje como la desarrollada ayer en la sede de la delegación territorial de la Xunta en Pontevedra, donde se expusieron las claves del presente y el futuro del sector olivarero gallego.

Precisamente Paulino Sánchez Rodríguez, el cura de Setecoros, figuraba entre los ponentes, en su condición de olivarero, junto a representantes de firmas como "Ouro de Quiroga" y "Aceites Abril".

Intervinieron para presentar diferentes experiencias en la producción y comercialización de los aceites de oliva gallegos, mientras que un técnico de la Consellería do Medio Rural exponía las ayudas disponibles para las explotaciones olivareras y otro marcaba las pautas hacia la posibilidad de una Indicación Geográfica Protegida con la que poder diferenciar en los mercados este producto autóctono.

También fueron representantes de la Xunta los que expusieron a los asistentes a esta jornada de trabajo todo tipo de argumentos ligados a la búsqueda de calidad y salubridad en el material empleado en las plantaciones.

Una de las ponencias destacadas del programa diseñado por el Servizo de Explotacións Agrarias de la Consellería do Medio Rural era la de Carmen Martínez, en representación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y directora del Grupo de Viticultura y Olivicultura en la Misión Biolóxica de Galicia.

Junto a su intervención, centrada en la recuperación de los olivares autóctonos, puede citarse la de Lourenzo Fernández, catedrático de Historia Contemporánea encargado de exponer todos los detalles sobre la desaparición de los olivos en Galicia.

Para completar la jornada de trabajo -en la que no faltó un cata de aceites-, se ofreció una detallada exposición sobre la situación actual del cultivo de olivos en la comunidad.

De aportar detalles y datos a este respecto se encargó José Antonio García, presidente de la Asociación de Productores de Aceite e Aceituna de Galicia (APAG).

Esta entidad, que aglutina a 120 asociados -con 130 hectáreas productivas y 14.500 plantas-, nació en el año 2015 "con el objetivo de reunir en un mismo organismo a todos los productores de aceite y aceituna del territorio gallego, para asesorar técnicamente a nuestros socios sobre el proceso del aceite de oliva desde la plantación hasta la recogida de la aceituna".