"Mola mola" es el nombre científico del pez luna; una curiosa especie pelágica devoradora de medusas que en edad adulta alcanza un peso medio de mil kilos, aunque se documentaron ejemplares de más de tres metros de longitud que superan las dos toneladas.

Así lo confirma Bruno Díaz, el biólogo que dirige el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por sus siglas en inglés). En este centro, con base en O Grove, organizan periódicas inspecciones que propician un estrecho seguimiento de todo tipo de mamíferos marinos -incluidas las ballenas-, que cada vez con más frecuencia se aproximan a la costa gallega y se introducen en sus rías.

En esas expediciones en barco que dan cuenta de la riqueza y biodiversidad de estas aguas también se localizan peces luna, como sucede en las rutas organizadas al abrigo del proyecto Chasula Birds.

Lo cierto es que, al igual que se hace para explicar la llegada de los grandes cetáceos -con la ballena azul como buque insignia-, tanto la riqueza de alimento en las Rías Baixas como el cada vez más exigente y minucioso seguimiento científico del medio marino, ayudan a entender el por qué de la presencia del pez luna en estas aguas.

Hace unos días, sin ir más lejos, el equipo de investigación del BDRI detectaba frente a la ría de Arousa, en diversas localizaciones oceánicas a la altura de islas como Sálvora, Ons y Cíes, a varios peces luna que incluso parecían jugar y se mostraban alegremente mientras saltaban fuera del agua, como si de los mismísimos delfines se tratara.

El propio Bruno Díaz detalla el llamativo e incluso emotivo encuentro con este pez; un portentoso animal "que en muy raras ocasiones salta sobre el agua".

Es "un extraño comportamiento que se debe a motivos todavía desconocidos -argumenta Bruno Díaz-, pero se ha sugerido que puede deberse a un intento por desalojar los parásitos de su piel".

Fuera cuál fuera la causa, lo único cierto es que el equipo de investigación del BDRI, como en otras ocasiones sucedió a bordo del barco "Chasula", pudo disfrutar de una imagen que bien puede tildarse de espectacular.

Quizás este tipo de avistamientos signifique que poco a poco, como sucede con las ballenas, seguirá aumentando la presencia de este que es el pez óseo más pesado del mundo; una especie cosmopolita que habita en aguas tropicales y templadas a lo largo de todo el planeta.