Emma Torres, la concejala grovense de Turismo, confesaba a las cinco de la tarde de ayer que había comenzado el día "un tanto preocupada, ya que la lluvia podía estropear la jornada del Pilar que tanto estábamos esperando". Sin embargo, "a medida que se abrían las cajas y avanzaba la mañana ya veíamos que a pesar de todo iba a ser un gran día; y finalmente resultó una jornada sencillamente espectacular".

De entre todas las raciones vendidas destaca las que habitualmente tienen más tirón, pero también la comercialización del cangrejo real, que este año regresaba a la fiesta después de un par de décadas ausente. "Lo vendimos todo, y más que tuviéramos", indicaba la edil.