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Una pasarela hacia el otoño

Zona Aberta celebró su tradicional desfile para la próxima temporada en medio de una gran expectación en la calle Castelao

Hubo incluso modelos que desarrollaron su labor sin desmerecer a los profesionales. // I. Abella

La llegada del otoño en Vilagarcía también es acogida de buen grado. La mejor demostración de ello es la expectación que generó en la tarde de ayer la Pasarela Zona Aberta en pleno pulmón urbano de la localidad.

Las sillas puestas a disposición de la organización pronto fueron ocupadas, pero ello no fue óbice para que muchos siguiesen el desfile de pie rodeando por los cuatro costados la pasarela azul. A medida que se acercaba la hora del inicio, la música se convertía en el efecto llamada tanto de los conocedores del evento como de aquellos peatones que terminaron por encontrarse con una agradable sorpresa en una tarde sabática.

Cerca de una veintena de establecimientos asociados tomaron parte de una cita que se está convirtiendo en un clásico. Una despedida del verano en toda regla en lo que a indumentaria se refiere aderezada con la expectación de las novedades a adquirir en Vilagarcía cuando la temperatura empieza a dar menos alegrías.

Otra de las curiosidades que encierra un evento de lo más seguido es el hecho de que los maniquíes se transforman en modelos de verdad en lo que en muchos de los casos es un bautismo sobre la pasarela. Los clientes más fieles de los establecimientos son invitados por los profesionales del sector para lucir las prendas. El desparpajo mostrado por algunos superaba incluso en atención a la prenda vestida.

La edad de los modelos también se mostraba claramente en el ímpetu de las ovaciones. Los más pequeños se llevaban la palma en esta materia aunque tampoco ocultaba su asombro ante la cantidad de personas que seguían sus pasos sobre la moqueta azul.

Los preparativos también tenían su enjundia. El backstage fue todo un hervidero de maquillajes, peinados y, sobre todo, ropa. Una ropa que cedieron los comerciantes de Zona Aberta mostrando un afán de cooperación admirable en pro de que el comercio vilagarciano continúe siendo los próximos meses un claro referente de calidad y buen hacer para toda la comarca.

También el tiempo quiso acompañar al evento tras un día que amaneció más bien gris. La lluvia respetó el pase, aunque el frío se hizo notar no solo en la indumentaria de los modelos, sino también en la de los espectadores.

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