Los ladrones vuelven a actuar en el centro de Vilagarcía. Una semana después de que entraran en Saneamientos Gándara, en Vista Alegre, ayer el objetivo fue la cafetería Nata, ubicada en la calle Castelao, en pleno corazón de la ciudad. Los amigos de lo ajeno también actuaron de madrugada y lo hicieron siguiendo el mismo modus operandi que el robo perpetrado en este negocio hostelero hace poco más de un año. "Es exactamente igual que la otra vez; de hecho pensamos que fue o fueron las mismas personas. Volvieron a dejarse abiertas las dos primeras puertas de la nevera, donde están las cervezas, y entraron por el ventanuco", relata la camarera que ayer abrió la establecimiento, Belén Vidal.

De hecho la cerveza era uno de los objetivos de los ladrones. Aunque no el único, pues el dinero en metálico suele ser el botín más apetecible para la delincuencia local. Así, aprovechando la hazaña, se llevaron seis o siete tercios, además de los 300 euros que componen el fondo de caja.

Por fortuna para la cafetería, esta vez no pudieron llevarse la recaudación del día, pues los responsables del negocio ya la habían retirado de la caja. "No fueron ni a la máquina de tabaco, y eso que tenían la llave a mano", apunta la empleada.

Nata suele abrir a las siete y media de la mañana, pues desde primera hora sirve cafés y desayunos acompañados de sus tradicionales churros. Ayer le tocaba abrir a Belén. Llegó sobre las siete y al entrar se encontró el cajetín de las monedas tirado en el suelo, lo que la puso en alerta, al sospechar de que algo había ocurrido.

En esta ocasión no rompieron el ventanuco, ubicado a unos dos o tres metros de altura, sino que reventaron uno de los tres barrotes que fueron colocados tras el robo del año pasado por motivos de seguridad. Pero a tenor de lo ocurrido, no han tenido el efecto disuasorio deseado.

Delgado y con una venda

Lo que está claro es que la persona que accedió por ese ventanuco es de complexión delgada, pues el espacio es muy reducido.

La Policía Científica estuvo ayer por la mañana en la cafetería para tomar huellas y se llevaron una venda que encontró la camarera en el interior del local. "Tenía los extremos atados. No sé si la habrían utilizado para subir", comenta Belén Vidal. En cuanto a la denuncia, iban a presentarla por la tarde.

Pese a esta nueva sustracción, este céntrico bar de Vilagarcía funcionó durante toda la jornada con cierta normalidad, con la normalidad que permite la resaca de un robo. Esperan que al menos, este haya sido el último.