El Ayuntamiento de Vilagarcía afirma que, a día de hoy, poco se puede hacer por aliviar las molestias que sufren los vecinos de Gumersindo Nartallo por la actividad del SPAD. Aseguran que una medida paliativa podría ser aumentar la presencia policial en la zona, y que de hecho ya se han dado órdenes en este sentido, pero que para lograr una solución efectiva y a largo plazo, el servicio tendría que integrarse en la sanidad pública.

La Xunta, entre tanto, zanjó ayer las preguntas de FARO sobre este asunto echando al Ayuntamiento a los pies del caballo. "El SPAD es un servicio municipal. Sanidade no tiene competencias en él". La Xunta de Galicia se desentiende así de un problema que los vecinos y comerciantes de Gumersindo Nartallo llevan padeciendo desde hace ya tres décadas.

Así las cosas, el único interlocutor al que tienen que acudir los residentes en Gumersindo Nartallo si pretenden vivir un poco más tranquilos es el Ayuntamiento.

Los vecinos de esta céntrica calle de Vilagarcía están hartos de las molestias que les originan algunos drogodependientes en tratamiento de desintoxicación, que pasan buena parte de la mañana en las aceras, resguardados de la mirada pública tras unos contenedores de la basura, o en el callejón siempre desierto que comunica Gumersindo Nartallo con Arapiles.

Más policía

A finales de agosto, los vecinos tuvieron una reunión con el alcalde, Alberto Varela, y éste les dijo que un eventual traslado del SPAD solo sería posible si lo acomete la Xunta, pero que lo que sí estaba en sus manos era aumentar la presencia policial en la zona.

Sin embargo, según los residentes en Gumersindo Nartallo el regidor no cumplió su promesa, y no se aprecia un mayor control de la policía sobre los toxicómanos. Lo que ellos plantean es que los agentes procedan a identificar a los alborotadores y a registrarlos, para que no se queden en la calle después de recibir sus tratamientos en el Servicio Preventivo Asistencial de Drogodependencias (SPAD).

El Concello argumenta en primer lugar que no hay una solución sencilla, y que la prueba de ello es que se trata de un problema que ha estado sobre la mesa de todos los alcaldes de Vilagarcía desde que se creó el servicio, a mediados de los 80, sin que ninguno de ellos fuese capaz de encontrar el remedio mágico.

"La única medida que puede adoptar la administración local es intensificar la presencia de las patrullas de policía en la zona a efectos disuasorios y, en caso de detectar comportamientos conflictivos o sospechosos de delito, actuar. De hecho, ya hace tiempo que se dio orden de que la policía pase con mayor frecuencia por la zona", argumenta Ravella a través de un comunicado. Pero los vecinos sostienen que nunca llegó a haber esa esperada mayor presencia policial que el alcalde les prometió.

A largo plazo

El gobierno de Vilagarcía considera que el problema podría zanjarse si la Xunta de Galicia asumiese la integración del SPAD en el Servicio Galego de Saúde (Sergas). De ese modo, pasaría a ser responsabilidad de la sanidad pública. "La demanda de esta integración se lleva planteando desde hace años sin que la administración autonómica la tenga en cuenta", sostienen desde Ravella.

Se da la circunstancia de que el Partido Socialista lleva precisamente una moción al pleno de esta tarde, instando a la integración. "Además de los beneficios que la medida reportaría para los usuarios del servicio, es muy posible que a través de esta integración también se acabase con las molestias que genera la concentración de los usuarios en horas concretas".

En la moción, citan el Plan de Trastornos Adictivos de Galicia, de 2011 a 2016, que ahonda en la necesidad de que los servicios de drogodependencias y la sanidad pública estén coordinados, hasta el extremo de que se garantice el acceso de los usuarios a especialidades del Sergas, como la de Salud Mental, e incluso que se dispense metadona en los centros de salud. Eso sí, el gobierno de Vilagarcía admite que para que esa integración fuese efectiva, "es necesaria la construcción de un nuevo centro de salud en Vilagarcía".