Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Esteban Méndez Chaves: "Ser trombonista de la Sinfónica de Roma colma mi satisfacción como músico"

"Mi formación en la Unión Musical de Meaño fue clave para toda mi carrera"

Esteban Méndez, trombonista de Meaño, obtiene una de las plazas de la Sinfónica de Roma. // Iñaki Abella

Forjado en sus años en la Escuela Municipal de Música y en la Banda Unión Musical de Meaño Esteban Méndez acabó por convertir aquella pasión adolescente en objetivo profesional. Completó estudios en conservatorios, de Grado Profesional en Pontevedra y luego el Grado Superior en A Coruña, a la par que, por calidad, integró pronto la Xoven Orquesta de Galicia, Holanda y España, que le fue abriendo puertas para aspirar de lleno al profesionalismo. Tras presentarse en los últimos años a plazas de orquesta en España, Alemania o Portugal este verano acabó por conseguir su gran reto: hacerse entre 80 candidatos con la plaza de trombonista en la Orquestra Sinfónica de la Accademia Nazionale Santa Cecilia de Roma que, bajo la dirección de Sir Antonio Pappano, está considerada una de las diez mejores de Europa.

- ¿Cómo se despertó su inquietud por la música?

-Con siete años me inicié en la Escuela de Música de Meaño y con ocho empecé a tocar el trombón en el centro con el profesor Daniel Portas. Fue mi padre quien me eligió el instrumento. Mi hermano Luis Miguel, que era clarinetista, me contagió pronto por su pasión por la música sinfónica.

- Lo suyo ha sido ojo de padre.

-Y lo de mi hermano, para quien mi padre eligió el clarinete. Cierto que yo tuve un breve período en que dudé de cambiarme a la trompa, pero al final me decanté de lleno por el trombón. Gracias a ello los dos vivimos hoy de la música, mi hermano como clarinetista de la Sinfónica de Madrid, y ahora yo puedo empezar a asentarme con la plaza de trombonista de la Sinfónica de Santa Cecilia de Roma.

-¿Cuántos trombonistas aspiraban a la plaza en Roma?

-Unos 80, la mayoría italianos, algún británico? yo era el único español. Y el proceso selectivo incluía seis rondas, dos en el mes de junio y cuatro más en julio, donde teníamos que tocar solos, luego con acompañamiento de piano, y al final con la sección de trombones y tubas de la orquesta, dirigidos por Sir Antonio Papado.

- ¿Y cómo templa uno los nervios para esos procesos selectivos?

-Lo fundamental, ante todo, es sentirse satisfecho con la interpretación que haga uno. Luego están las tablas que te da la experiencia de años con bandas, orquestas, formaciones y, en mi caso haber concurrido antes a otros procesos selectivos similares en Valencia, Málaga, Bilbao, Alemania, Portugal? Lograr la meta en Roma ha sido una satisfacción enorme.

- ¿Qué papel ha jugado la Unión Musical de Meaño?

-Fue clave porque una banda llega a cualquiera entre 12 y 14 años, y es fundamental tocar desde esas edades en una formación así, porque te educa en la sonoridad, en apoyarse, en respetar, en escuchar. Así asimilas de forma natural ese espíritu de orquesta. En mi caso toqué con Meaño entre 1999 y 2007, y fue algo muy importante y gratificante.

- ¿A qué edad se decanta por formarse en la música profesional?

-Fue al acabar la ESO. Con 13 años ya había ingresado en el Grado Profesional del Conservatorio Manuel Quiroga de Pontevedra. Ahí me llegó pronto la opción de ser seleccionado para la Orquesta Xoven de Galicia y en 2006, con 16 años, estuve en la Joven Orquesta Nacional de Holanda, en 2007 y 2008 dos veranos con una Sinfónica de Alemania, gestada en el Festival Schleswig-Holstein, que nos llevó de gira luego por Brasil, Rusia, Lituania? y trabajando en ella con grandes directores. En 2009, con 20 años, me llegó la Joven Orquesta Sinfónica de España, a la par me seguía formando en el Grado Superior del Conservatorio de A Coruña?

- Y ahora, Italia.

-Sí, me estableceré allí a finales de septiembre. Tendré que adaptarme al modo de vida, a la cultura, a la orquesta? Pero coincidiré con dos españoles, que son el madrileño Alfonso González, primer trompetista de la formación, y el vallisoletano Roberto González, concertino, esto es, primer violín de la Sinfónica Santa Cecilia, a quien conocí en la Xoven Orquesta de Galicia.

Compartir el artículo

stats