El parque natural de Carreirón, en A Illa de Arousa, ya guarda en su interior la memoria de una de las figuras clave para conseguir su protección. Representantes del Concello e integrantes de los comuneros se reunieron en el interior del parque para recordar la figura de Juan Jesús Diz Besada, presidente de la Comunidad de Montes durante veinte años y miembro de su directiva desde principios de los años 80, cuando estas entidades comenzaron a recuperar las parcelas que les pertenecían y de las que se había apropiado el antiguo Icona.

Hasta el interior del parque acudieron unas 200 personas, testigos del descubrimiento de un monolito en memoria de Diz Besada, uno de los primeros visionarios de la necesidad de preservar toda la riqueza natural que escondía el parque de Carreirón y otros puntos de A Illa de Arousa. La placa, que fue descubierta por el presidente de la Comunidad de Montes, Francisco Ramos y por el hijo de Diz Besada, Iago, se instaló durante un acto muy emotivo, en el que se recordaron algunas de las luchas que Diz Besada tuvo que mantener para preservar una Illa de la que "coñecía todos os currunchos".

Así lo reconocía Dolores Folgar, edil del grupo de gobierno, que antes de que comenzase a sonar el himno del Antigo Reino de Galicia, leyó un poema en memoria de Diz Besada, "un hombre que amaba Arousa".

El alcalde, Carlos Iglesias, finalizó el acto destacando que "el nombre de Juan Jesús queda ligado a todos los espacios naturales de A Illa de Arousa".

Diz Besada formaba parte de la directiva que, en 1984, ante la inminente apertura del puente de A Illa, que llenaría de vehículos a motor el municipio, apostó por proteger todo este espacio. Junto con sus compañeros, instaló la valla perimetral y peleó por conseguir los reconocimientos de protección que hoy posee, Red Natura 2000 y Convenio Ramsar. Ya en la presidencia de la Comunidad de Montes, donde permaneció más de dos décadas, eliminó todo el eucalipto que comenzaba a invadir espacios como el propio Carreirón o el pinar de A Bouza, reforestando con árboles autóctonos, sobre todo, pinos.

Durante sus años como presidente destacó por su lucha titánica con Costas del Estado para impedir que el ente se hiciese con territorios de los comuneros. Incluso tuvo que llegar al juzgado, donde vio como la entidad que presidía se quedaba sin O Bao, al ser considerado un terreno inundable. No ocurrió lo mismo con la Lagoa de Braña da Veiga, una laguna de agua dulce a la que Costas tuvo que acabar renunciando gracias al tesón de Diz Besada.