La proliferación de las algas en las playas que gestiona la Cofradía de Vilanova ha obligado a la entidad a buscar soluciones que les permitan deshacerse de ellas. Hasta ahora, la cofradía se había encontrado con un serio problema una vez que se retiraban las algas de las playas, elegir el lugar donde arrojarlas, ya que la posibilidad de destinarlas a abonos en fincas próximas es algo que no se da durante todo el año. Eso les ha producido más de un problema que no quieren volver a tener.

Así lo reconocía ayer la patrona mayor de Vilanova, María José Martínez Vales, cuya entidad está centrada ahora "en buscar una alternativa que nos permita deshacernos de las algas y sacar un rendimiento económico que financie, al menos, el transporte al lugar donde sean eliminadas". A través de los Grupos de Acción Local Pesquera (GALP), el pósito ha encontrado la manera de financiar un estudio sobre la conversión de las algas en nitratos, una iniciativa en la que están trabajando varios profesores universitarios y que esperan que esté listo en el plazo aproximado de dos años.

Martínez Vales insiste en que "tenemos que buscar una solución, porque no podemos dejar que las algas se pudran en las playas, ya que eso significa que se nos muera el marisco, algo que no nos podemos permitir".

El objetivo, explica la patrona mayor, pasa por conseguir "una fórmula, sea bien mediante su conversión en nitratos para abonos o en otro tipo de usos, para que podamos eliminarlas sin necesidad de utilizar fincas de particulares, que es la alternativa actual a la que estamos recurriendo". Vales explica que "este año hemos optado por repartirlo en varias fincas privadas tras conseguir la autorización de sus propietarios; una vez arrojadas, es la propia cofradía la que procede a fresar la finca para reducir el impacto de los olores y dejarla en condiciones de que pueda ser utilizada para plantar lo que sus dueños estimen oportuno".

La solución también "permitiría que generásemos una serie de beneficios que, al menos, nos permitan cubrir el gasto del transporte; nos surgió esta posibilidad y esperamos que ofrezca resultados positivos para nuestro futuro".

Las mariscadoras siempre han sufrido la presencia de algas en las playas, pero en los últimos años, estas situaciones "se repiten demasiado a menudo y nos hemos marcado como objetivo encontrar una solución que no ponga en riesgo nuestros puestos de trabajo".