Un aspecto que preocupa mucho a los pescadores es la posibilidad de que se esté alimentando a los delfines desde los barcos turísticos, con la finalidad de propiciar los avistamientos y tener contentos a los viajeros. "No sabemos si lo están haciendo, pero si es así, la gente tiene que saber que eso está prohibido", afirma uno de los armadores de Cambados reunidos ayer en el muelle de Tragove para protestar por la situación.
Lo cierto es que esta práctica ha existido, al menos en el pasado y en alguna embarcación turística de O Grove, cuyos tripulantes echaban al mar restos de mejillón en determinadas zonas de la ría para favorecer la aproximación de los delfines a la nave en un momento de la travesía.
La flota del "xeito" confía en que las actividades turística y pesquera puedan convivir en paz, pero recuerdan que para eso es necesario que todos actúen de buena fe y que cumplan las reglas del juego para no perjudicar a terceros.
