Es un lugar idílico, pero soporta una enorme degradación. Todo el espacio dunar que se sitúa al norte del islote Areoso y que lo convierte en característico ha comenzado una dinámica irreversible que acabará culminando con la desaparición de la duna. Esas son las conclusiones que le han facilitado al Concello de A Illa varios biólogos tras analizar la evolución que ha experimentado el islote en las últimas décadas. Mediante fotografías aéreas realizadas desde mediados del siglo XX se ha podido comprobar que el islote mantuvo una dinámica regular hasta mediados de los años 80. Hasta ese momento, las mareas trasladaban la arena de un lado hacia otro, pero acababan devolviéndola. Sin embargo, en los años 80 del pasado siglo, esa dinámica cambió por completo, y ahora las mareas arrastran toda la arena de la duna hacia una sima próxima, lo que hace imposible que la duna vuelva a recuperarse.

La edil de Medio Ambiente, Gabrielle von Hundelhausen, reconoce que "en los años 80 hubo una ruptura en el proceso de rotación del lóbulo, que hasta ese momento había sido bastante homogéneo, y ésta comenzó a desaparecer". Las causas por las que se registró este cambio se desconocen y parecen ser múltiples, pero sí se saben cuáles son las que han incrementado el proceso de degradación de la duna. La principal son los temporales invernales que sufre el islote y que arrastran la arena de la duna hacia esa sima próxima, pero la mano del hombre, sobre todo la masificación que sufre durante el verano, también ha contribuido a que la duna retroceda cada vez más y más rápido. De hecho, los integrantes del Servizo de Protección da Natureza de la Consellería de Medio Ambiente llevan constatado en el último lustro como se ha reducido el espacio dunar ya que, en solo cinco años, ha retrocedido más de diez metros. La prueba más clara de ello son las estacas del vallado que protege la duna, que deben ser recolocadas cada cierto tiempo al caerse al vacío por el retroceso que está experimentando la arena.

También se constata en el istmo que separa la zona más pedregosa de la zona norte, un istmo que prácticamente desaparece cuando se registran mareas altas, lo que hace temer que el islote se acabe partiendo en dos en un breve espacio de tiempo.

Von Hundelhausen considera que "lo que necesitamos ahora para frenar la velocidad de la degradación que está sufriendo el islote Areoso es un Plan de Usos que sirva para controlar el acceso de personas y sirva para incrementar la protección de este espacio natural". Este Plan de Usos ha recibido luz verde de la Consellería de Medio Ambiente para su elaboración y el borrador ya se encuentra redactado a la espera de que regrese a la administración para ser analizado y proceder a su aprobación.

"Esperamos que, para la próxima primavera, podamos contar con ese documento, donde se deben fijar medidas de protección para evitar que continúe el proceso de degradación que está sufriendo el islote", explica von Hundelhausen.