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O Salnés suspende en "arqueoturismo"

La musealización de los castros de Alobre y Ribadumia se eterniza en los despachos y propicia que ambos yacimientos estén desaprovechados como recurso cultural y turístico

La comarca de O Salnés no tiene nada comparado a los castros de Santa Tegra, Baroña o San Cibrao de Lás; sus petroglifos tampoco admiten la más mínima comparación con los de Campo Lameiro o Cotobade; y no existen en su territorio grandes yacimientos romanos o medievales excavados. O Salnés no puede venderse como potencia en turismo arqueológico, en parte porque tiene pocos recursos desenterrados, y en parte porque los que tiene están tan mal presentados que la imagen que dan es de abandono o de desidia.

Uno de los exponentes más claros de esta situación podría ser el yacimiento de Castro Alobre, en Vilagarcía. El turista que llegue a la ciudad por el Vial del Puerto y se deje engatusar por los enormes paneles que indican la dirección a seguir para llegar al castro quedarán muy probablemente desilusionados. En primer lugar por la controvertida decisión de conducirles por la avenida de Cambados y Vista Alegre, obligándoles así a internarse en la vorágine del tráfico urbano, en vez de llevarlos por Pablo Picasso y Valle Inclán, por donde llegarían mucho antes y por donde les resultaría más fácil aparcar.

En segundo lugar, la vistosidad del yacimiento, a día de hoy, no colma las expectativas de la grandilocuencia de los paneles de carretera. De hecho, ni siquiera se ven bien las pocas cabañas excavadas, puesto que el perímetro está cerrado por una fea valla metálica de obra. En todo el entorno, además, no hay ni un módulo que explique en qué consiste el yacimiento y sus principales particularidades.

Ribadumia

La imagen que ofrece ahora mismo el Monte do Castro, entre las parroquias ribadumienses de Besomaño y Leiro, es mejor. Pero también da la impresión de ser un recurso desaprovechado o, cuando menos, mal vendido.

La zona excavada sí es aquí amplia, y el visitante podrá encontrar restos de construcciones muy variadas: cabañas circulares, rectangulares... incluso se aprecian restos del lienzo de la muralla, y el acceso al castro, con sus escaleras. El yacimiento, además, se encuentra en lo alto de una colina, con buenas vistas hacia el valle de O Salnés. Fuera del castro, hay zona para aparcar a la sombra y unas mesas de merendero.

Pero el hecho de que solo haya un par de viejos paneles informativos propicia que la visita se termine en menos de media hora. Los expertos en la materia sin duda disfrutarán apreciando los restos de las construcciones o el urbanismo de la antigua aldea amurallada, pero para los profanos hay poca o nula información que les ayude a comprender y admirar mejor lo que están viendo.

La Diputación de Pontevedra y el Ministerio de Fomento firmaron a principios de 2017 un convenio para la puesta en valor de 18 castros en la provincia de Pontevedra, entre los que se encontraban el Alobre de Vilagarcía y el de Ribadumia. El acuerdo establecía que la Diputación excavaba y consolidaba los poblados, y Fomento los ponía en valor con los proyectos de musealización y la señalización. Pero este último paso no se dio en ninguno de los dos anteriormente mencionados, lo que les confiere ese aspecto de yacimiento desaprovechado. En Vilagarcía, la Diputación ya lo hizo los deberes, y la empresa AGi architects, a la que Fomento contrató la musealización, remitió su proyecto a la Dirección Xeral de Patrimonio. Pero de eso han pasado varios meses, y el documento parece haberse quedado dormido en los despachos de la Xunta. El resultado es que el verano se marchita sin que Vilagarcía haya podido lucir esa pequeña perla con la que atenuar su imagen de ciudad con poca memoria patrimonial. La Diputación explica que no quita las vallas para evitar accidentes en el recinto.

En Ribadumia, aunque la situación del yacimiento es mejor, la musealización está todavía más lejana. El ente provincial terminó los trabajos de consolidación en junio, y ni siquiera ha remitido todavía a Fomento la memoria de la ejecución. Así las cosas, posiblemente la musealización no se haga antes de 2019 o, siendo más realistas, 2020.

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