Hace más de una década, el Concello de Vilanova se marcó como objetivo la construcción de una piscina de agua salada en la zona deportiva de O Terrón. Esa infraestructura estaría coronada por un centro de talasotorapia con agua de mar. Aunque todavía resta mucho camino para que el proyecto se convierta en realidad, el alcalde Gonzalo Durán, anunció ayer que se ha superado uno de los pasos más complicados para ese objetivo, la aprobación del informe de impacto ambiental.

Durán apuntaba ayer que "hemos recibido el informe de impacto ambiental positivo al Plan Especial que queremos acometer en O Terrón, y solo debemos sumar una serie de especificaciones técnicas que están pendientes de añadirlas al proyecto pero que no suponen ningún tipo de problema". Esas especificaciones se centran en cuestiones de afección del paisaje y en la captación de agua, la cual no puede afectar a los bancos marisqueros próximos.

Ahora queda pendiente la realización "de una serie de informes sectoriales que, esperamos, completen el expediente administrativo de la piscina de agua de mar a principios del próximo año, lo que nos permitiría buscar la financiación necesaria para acometer una obra que llevan años reclamando los vecinos".

Esa financiación pudo llegar a través del Plan de Reequilibrio Territorial de la Diputación de Pontevedra, programa al que Vilanova presentó un amplio estudio sobre las obras que se quieren acometer en la zona deportiva de O Terrón. Sin embargo, el grupo de gobierno se encontró con la negativa de la Diputación, argumentando que el proyecto se había presentado fuera del plazo estipulado por la administración provincial. Esa negativa abrió un frente más en la relación tormentosa que mantienen ambas administraciones desde que la socialista Carmela Silva se hizo cargo de la Diputación, ya que el Concello de Vilanova no dudó en trasladar lo ocurrido al contencioso administrativo. Los técnicos de la Diputación que firmaron la negativa pasarán a declarar ante el juez el próximo 8 de octubre en Pontevedra.