Con más de 150 años de historia a sus espaldas, el Combate Naval es un motivo de orgullo para los vilagarcianos. Hoy, la Festa da Auga es el principal emblema de las fiestas de San Roque, y su rostro más conocido fuera de Vilagarcía, pero hasta no hace mucho ese honor le correspondía al "Combate". Sea como fuere, sigue siendo una cita multitudinaria, pues se estima que congrega a unas 25.000 personas en el entorno del puerto deportivo, el muelle de O Ramal y las playas.

El Combate Naval es una recreación de la batalla del Callao (2 de mayo de 1866), cuando una escuadra de barcos españoles comandados por el vigués Casto Méndez Núñez luchó contra el entonces inexpugnable castillo peruano del Callao.

Una fortaleza que en la recreación actual termina en llamas. La idea gustó entre la sociedad vilagarciana de finales del siglo XIX (la primera edición del espectáculo de fuegos fue el mismo año de la batalla naval), y sería de algún modo un bálsamo para una generación que poco después viviría el "Desastre del 98".

Entre las novedades de la edición celebrada anoche (la 152) destacaba también el estreno de unos focos que se instalaron en la zona de disparo, es decir, el muelle de O Ramal. "Es un apoyo de iluminación que va a añadir unos efectos de luz al Combate", señaló en su día el responsable de la empresa, Arturo Penide.

El coste del Combate aumentó ligeramente, y fue contratado por 43.000 euros. La Pirotecnia Penide, de Ponte Ulla (Vedra) funciona desde 1920, y fue también la firma que lanzó los fuegos del comienzo de las fiestas de San Roque.

En relación a la seguridad de este multitudinario evento, tanto la playa como su entorno estuvieron vigilados por la Unidad Operativa de Drones de la Axega (Axencia Galega de Emerxencias).

El Puesto de Mando Avanzado se instaló a las 15.00 horas y estuvo en pleno funcionamiento desde las 22.30. En él se reúnen los responsables de los diferentes cuerpos de seguridad que intervienen en estos operativos de fiestas.

Si bien la mayoría de los espectadores se concentraron en la zona litoral, también hay quien prefiere verlos en perspectiva desde lugares altos. Así, hay quien acude a presenciarlos desde Guillán, Trabanca Badiña, O Castriño en Carril, o incluso Lobeira y las cumbres del monte Xiabre.