El Mexillón de Ouro es una de las insignias más importantes de Vilanova, un reconocimiento a todos aquellos que han hecho o han protagonizado acciones de promoción y ensalzamiento del municipio, la cual se entrega el día grande de la Festa do Mexillón e do Berberecho. Este año, la organización de las fiestas ha querido reconocer a tres entidades y personas por el esfuerzo realizado para que los sectores bateeiro y marisquero sean plenamente reconocidos por la calidad de sus productos.
Dos de los reconocimientos irán a manos de conserveras, por un lado Roma y por el otro Dardo. La primera de ellas fue fundada en 1957 por Antonio Roma Vidal con el nombre de "A Churrusquiña. No es hasta 1987 que cambia de nombre, aunque continúa siendo una empresa de carácter familiar gestionada por los herederos del fundador. El premio será recogido por Emilio Roma Brea, hijo de Antonio.
La segunda de las fábricas, Dardo, nació en 1969 en A Illa de la mano del matrimonio que formaban Antonio Otero y Lola Oubiña. Dos décadas después trasladó la mayor parte de su producción a las inmediaciones de O Esteiro, lugar que se convertiría en su centro neurálgico en 1995. La empresa familiar tuvo que afrontar un duro golpe en noviembre de 1996, cuando las llamas arrasaron por completo la fábrica. Aquello estuvo a punto de acabar con la firma, pero la familia apostó por la continuidad y son ya la tercera y la cuarta generación las que la gestionan. El premio lo recogerán Dolores y Pilar Otero, nieta y biznieta de los fundadores.
Por último, el bateeiro Manuel Janeiro recibirá un merecido reconocimiento a los 84 años de edad. Janeiro fue uno de los precursores, en los 60, de lo que hoy es el sector mejillonero, además de dedicarse, también, a la construcción de bateas en la ría de Arousa.
Los tres recibirán el premio al esfuerzo en el balcón del ayuntamiento de Vilanova en el día de hoy, a partir de las 13.00 horas.
Además del carácter gastronómico, las fiestas tuvieron ayer un marcado componente religioso, con la celebración del Día do Carme por parte de la Cofradía. Fue esta entidad la que organizó la tradicional procesión marítima, que salió del puerto de Vilanova sobre las 19.00 horas y regresó antes de ponerse el sol.
