La celebración de fiestas como la siempre multitudinaria Romaría Vikinga, en Catoira, causó los lógicos embotellamientos en carreteras como la PO-548, entre Pontecesures y Vilagarcía. Al igual que en la Autovía de Barbanza, dada la gran cantidad de vehículos procedentes de la provincia coruñesa que trataban de acceder a la pontevedresa.