Las hordas vikingas que entre los siglos IX y X arrasaron parte de Europa y la costa gallega regresaron esta mañana a Catoira, con el objetivo de tomar las Torres do Oeste, baluarte defensivo de la Mitra Compostelana instalado en la localidad arousana y que sirve para proteger y vigilar el acceso por el río Ulla.

La cita, que cuenta con el título de Fiesta de Interés Turístico Internacional al que aspira la Festa do Albariño de Cambados, se inició pasado el mediodía, cuando los drakkar tocaron tierra en la zona de las Torres. La diferencia respecto a la invasión original es que los vikingos encontrarán hostilidad en las cerca de 30.000 personas que los esperaban en la costa. Las actividades se cerrarán por la noche con el concierto de Roi Casal con el espectáculo "Son galego, Son Cubano".

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Los fieros vikingos vuelven a la carga en Catoira