Agentes de la Guardia Civil de Vilagarcía incautaron la pasada semana una partida de algo más de 1.000 litros de orujo que se estaba comercializando de forma fraudulenta en el municipio de Valga, sin contar con los preceptivos precintos fiscales.

La actuación fue llevada a cabo por los agentes de la Patrulla Fiscal y de Fronteras en el marco de sus competencias específicas. La operación se desarrolló en una de las distintas inspecciones rutinarias, que en esta ocasión, tuvo lugar en una bodega del municipio del Ullán. La inspección tenía como objetivo comprobar el cumplimiento de la normativa sanitaria y fiscal de la mercancía que estaba dispuesta a la venta. En el transcurso de esa inspección, la patrulla localizó un habitáculo anexo a la bodega. En esa localización, los agentes se encontraron un alambique de 400 litros y varios recipientes, en su mayoría depósitos de plástico, que contenían un total de 1.174 litros de distintos orujos.

Durante la inspección, se pudo constatar que los orujos carecían de los preceptivos precintos fiscales y la persona responsable de la bodega tampoco pudo acreditar el Código de Actividad y Establecimiento (CAE), con el que se debería identificar la actividad desarrollada en relación con los impuestos especiales de fabricación. Además, también carecía de autorización para la destilación y utilización del alambique que se localizó en el interior del habitáculo anexo.

Como consecuencia de estas irregularidades detectadas por los agentes de la Guardia Civil, se instruyeron dos actas de denuncia por sendas infracciones administrativas, tipificadas en la Ley y el Reglamento de Impuestos Especiales. Tanto el orujo como el alambique quedó inmovilizado cautelarmente en la bodega, a disposición de la Agencia Estatal Tributaria, autoridad administrativa en la materia.

La intervención realizada por los agentes de la Guardia Civil se trata de una de las incautaciones de orujo más importantes, por su cantidad, de cuantas se han llevado a cabo en Galicia en los últimos años. Otra de las que también llamó la atención a los agentes fue la que se incautó a un hostelero de Meaño el pasado mes de julio. En ese operativo, la Guardia Civil localizó más de 2.700 litros de vino y orujo sin etiquetar, lo que llevó a la inmovilización del producto. Una intervención similar también permitió incautarse, en el mes de mayo, de una partida de 200 litros de orujo y 800 de vino de fabricación artesanal en Ribadumia.