La Fiesta del Pollo de Ribadumia celebra este domingo su vigésima quinta edición en un año cargado de polémicas que han planteado la posibilidad de que esta tradición propia de cada mes de julio no continúe en los próximos veranos.

Con el cambio de ley, la organización se ha visto obligada a contratar un servicio de camareros y cocineros para poder evitar de esta manera cualquier problema con la seguridad de los voluntarios que hasta el año pasado prestaban su ayuda a la celebración de esta jornada gastronómica.

Con dicha contratación, las alarmas han saltado entre los vecinos del municipio, quienes denuncian el uso de un catering para la preparación del pollo que se va a servir en la fiesta. Desde la organización insisten en que la comida será suministrada por la Avícola Otres como cada edición y que únicamente han pactado un servicio que se encargará de servir las raciones en las mesas, una alternativa mucho más económica para su ajustado presupuesto. Además, también se contará con la presencia de una pulpeira.

Pero para la organización éste no es el único problema. Desde hace unas ediciones no dejan de denunciar la presencia de un número de personas cada vez mayor que se acercan a la Carballeira de Barrantes con su propia comida para disfrutar del ambiente y las actuaciones musicales, ocupando una mesa sin pagar la tarifa.

"La gente se está quemando, se van a tomar medidas", explicaba frustrado un miembro de la organización, quienes ya están pensando en buscar una nueva ubicación para la celebración de otra edición en un lugar cerrado o plantearse firmemente la suspensión de esta fiesta de cara a los próximos años.

Desde el ayuntamiento de Ribadumia las opciones para solventar el problema son nulas. La administración indica que la carballeira es un espacio público y no pueden echar a nadie del lugar ya que están en su derecho de acudir, independientemente de la celebración del evento.

A pesar de que el pasado 2017 un millar de personas acudieran al evento, la organización es cada vez más complicada. Es por ello que en esta edición las tarifas han tenido que subir su precio hasta un total de 11 euros con un menú compuesto por las raciones de pollo asado, pan y la bebida (vino, agua o refrescos). Para los menores de entre 8 y 10 años, el precio será de 7 euros.

A pesar de los contratiempos, las reservas de mesas para la fiesta están casi al completo, por lo que se espera una gran afluencia para este domingo. El evento comenzará a partir de las 10:00 pero será a las 12:00 cuando tendrá lugar la sesión vermú, amenizada por el grupo de gaitas Os Carballeiras. A las 15:00 la actuación del conjunto Azabache acompañará a todos los asistentes durante la comida. Además, durante toda la jornada tendrán lugar multitud de sorteos.