Los vecinos de Catoira están preocupados y molestos por la imagen que proyecta la localidad. El vandalismo hace estragos y la maleza se ha apoderado de diversos espacios de gran interés, todo ello en vísperas de la Romaría Vikinga y la consiguiente llegada de ingentes cantidades de visitantes.

Algunos ciudadanos hablan de "absoluto abandono" y piden al Concello que actúe de inmediato para corregir la situación.

Desde la Administración local insisten en que el gran problema al que se enfrenta es la acción de los gamberros, que han destrozado tanto centros de interpretación -el de la laguna de Pedras Miúdas es el más claro ejemplo- como senderos peatonales.

Especialmente grave es la situación en el paseo de las Torres do Oeste, que como se explicó en otras ocasiones genera un gasto considerable a las arcas municipales, ya que los gamberros lo destrozan prácticamente cada semana.

A esto se suman los daños causados en el citado centro de interpretación, construido por el Ministerio de Fomento como compensación por las obras del Eje Atlántico pero aún sin uso.

Los destrozos y el abandono al que aluden los catoirenses es notable en la propia laguna, donde la maleza llega a invadir algunos de los senderos situados en este privilegiado enclave natural.

La desaparición de vallas, la existencia de otras rotas, pintadas y mobiliario urbano destrozado son algunos ejemplos de la situación.