El entorno del mercado de abastos de Vilagarcía de Arousa amaneció ayer con un olor pestilente procedente de los contenedores situados junto al río, que llevan semanas vertiendo líquidos que se derraman por el suelo de piedra. La situación no es nueva pero se agrava con el intenso calor y con la presencia de mayor número de puestos y clientes, ya que ayer fue día de mercadillo. El problema fue denunciado por la directiva de la asociación de vendedores del mercado, ante la falta de respuesta del gobierno municipal a sus reiteradas peticiones para que resuelva el problema.

Los representantes de los placeros demandan una solución urgente, ya que este problema redunda en una mala imagen para este establecimiento comercial de titularidad municipal, del que viven muchas familias de esta ciudad.

Los contenedores de olor nauseabundo están situados en las inmediaciones del río de O Con y mayoritariamente son utilizados por los propios vendedores.

La directiva de la asociación pide al gobierno municipal que, en primer término, ordene la inmediata limpieza de estos recipientes para que dejen de emanar ese mal olor, y que en segundo lugar se tomen medidas para que esto no vuelva a producirse.

Recuerda este colectivo que el Concello de Vilagarcía de Arousa tiene en el mercado personal que controla el funcionamiento de este servicio al que puede encomendar que vele por el cumplimiento de la normativa en cuanto al depósito de residuos en los contenedores.

El problema de los vertidos y olores de estos recipientes para la recogida de basuras es uno de los asuntos que la representación de los comerciantes del mercado de abastos abordó en varias ocasiones con los miembros del gobierno municipal. Con la llegada del verano la situación se agudizó, por lo que la directiva volvió a dirigirse a los miembros del gobierno municipal; concretamente a los concejales de Promoción Económica y Mercados, de Urbanismo y de Obras y Medio Ambiente.

A los dos primeros ediles, la asociación ha pedido también la búsqueda de una solución a otro problema relacionado con la limpieza de las cajas del pescado. Esta tarea se realizaba hasta ahora en el exterior del mercado debido a la falta de un espacio adecuado en el edificio. Tras la reforma de la plaza de abastos, el gobierno plantea que la limpieza de cajas se lleve a cabo dentro de las instalaciones. El problema es que el espacio actual es muy reducido para gran parte de las cajas que se utilizan y el número de placeros que necesitan realizar esta tarea, por lo que se busca una alternativa.