La Asociación de Párkinson de Pontevedra ha estado este sábado en la Plaza de Galicia con el objetivo de seguir recaudando dinero para ayudar a las personas afectadas y mejorar su calidad de vida. La presencia en las calles sigue siendo clave para llegar a más gente, sobre todo los turistas que se acercan hasta Vilagarcía de Arousa para disfrutar de sus vacaciones y que no conocen de la existencia de dicho colectivo.

Se trata de un grupo de apoyo y autoayuda en el que se puede contar con la experiencia de profesionales especializados en este ámbito, así como de familiares y cuidadores que se encuentran en la misma situación de tener que vivir con esta enfermedad.

Bajo su nueva campaña "Lo que más duele del párkinson es cómo me miras" la asociación pretende hacer ver a la gente que los afectados notan las posiciones extrañas que toman ante su presencia.

Además, el párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con más afectados en España con más de 160.000 pacientes entre los que uno de cada cinco están por debajo de los 50 años. En la provincia de Pontevedra no hay una incidencia mayor que en el resto del Estado, actualmente hay alrededor de unos 3.000 pacientes los que se han diagnosticado según datos obtenidos del Sergas en los que no se incluyen aquellos que están siendo tratados por el sector privado. En la comarca de O Salnés son 933 los afectados por esta enfermedad.

Desde 1997, la Organización Mundial de la Salud ha marcado el 11 de abril de cada año como el Día Mundial del Párkinson, una fecha en la que se sigue insistiendo en la necesidad de normalizar e impulsar el conocimiento de este trastorno que afecta al sistema nervioso de forma crónica que avanza con los años dificultando las actividades de las personas en su vida diaria.

Desde la asociación quieren hacer ver que la enfermedad no solo se trata de los temblores, sino que la lentitud en los movimientos, las alteraciones en el habla, los trastornos del sueño e incluso la depresión siguen siendo síntomas muy complicados de esta alteración.

La importancia de seguir concienciando a la opinión pública por las calles sobre la enfermedad es esencial. Muchos de los afectados se aíslan por medio al rechazo social, una sensación que podría llegar a ser más grave que el propio trastorno. Las miradas son un gran incentivo de este pensamiento, un aspecto que se cobra gran importancia en la vida de estas personas, que se pueden volver especialmente sensibles antes los rechazos.