El baloncesto le ha servido para conocer Vilagarcía y reconoce haber vivido una enorme experiencia tras su intensa participación en la primera edición del Campus EncestaRías. Ángel Sánchez Cañete es uno de los que también tienen su cuota de responsabilidad en los éxitos conseguidos por los Gasol, Navarro, Rudy y compañía en los últimos años como entrenador ayudante de Sergio Scariolo en la selección española. Su lugar es Málaga y su club el Unicaja, pero esta semana ha estado entrenando y mejorando a jóvenes en un lugar donde reconoce haberse encontrado muy a gusto.

-Con tanto bagaje a sus espaldas en cuestiones, entre otras, como los campus deportivos de baloncesto, ¿qué efectos positivos deja la participación en una experiencia así?

-Los efectos positivos son en todos y cada uno de los aspectos que se pueden derivar de una convivencia deportiva. Ves efectos positivos desde cualquier perspectiva que se pueda mirar. Compartir la experiencia del baloncesto de una forma más lúdica, con otro tipo de compañeros y entrenadores, es ampliamente beneficiosa para el niño. También es cierto que es más exigente porque es muy intenso y se entrena mucho, pero durante todo el día es una experiencia continua.

-Ha participado en la primera edición del Campus EncestaRías, ¿qué sensación se lleva de lo que ha vivido toda esta semana?

-La verdad es que me ha parecido de un nivel muy alto, tanto de los jugadores participantes como del staff técnico, en calidad de trabajo, en dedicación y en el trato humano. Muchísima buena gente toda junta y se nota que hay muchos buenos hábitos tanto en los jugadores como en los entrenadores. La palabra no es sorpresa sino el confirmar las buenas sensaciones de haber estado en un sitio de los que yo considero de alto nivel.

-Como profesional del baloncesto, sometido durante todo el año a la presión de la competición con Unicaja o con la Selección Española en grandes campeonatos, ¿qué le aporta este tipo de baloncesto más formativo?

-Para mí es volver a la base y a un tipo de baloncesto que no puedo seguir por falta de tiempo material. Se agradece mucho volver durante el tiempo que sea y ver otro tipo de baloncesto que puede ser igual de exigente en el trabajo que el profesional, pero también con un componente de baloncesto puro sin presión que hace que lo disfrutes mucho. Al mismo tiempo que supone trabajo también es un disfrute en lo personal. Forma parte de una desconexión porque cada segundo te aporta cosas positivas al estar con gente que disfruta jugando al baloncesto sin más presión que la de jugar y jugar y seguir jugando.