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Alfonso Novas: "La suelta de palomas es una ofrenda a San Benito por la salud de mi padre"

"Hace 30 años enfermó y le encomendé en ese momento de angustia"

Alfonso Novas con las palomas que soltó en San Benito de Lores el pasado 11 de julio. // Noé Parga

Desde hace décadas las poxas de San Benito de Lores, tanto en invierno como en verano, se cierran con la subasta de una pareja de palomas que se ha convertido ya en tradición. La condición, que aquel al que se le adjudique la puja deber dar libertad al vuelo a las aves en el acto y ante del público. Alfonso Novas la razón de esta tradición, el devoto que desde hace 30 años realiza esta curiosa ofrenda al santo. Aunque natural de Areas vive afincado hoy en Vilagarcía. Presente el miércoles entre el público, en esta ocasión él mismo se hizo con la puja que daba derecho a la suelta de palomas, el cual se adjudicó en 30 euros después de una subasta reñida. Un pavo y una pareja de gallos completaron su particular botín de la tarde.

- ¿Cuál es la razón de esta peculiar ofrenda al santo que ya es tradición en Lores?

- Fue un ofrecimiento que hice al santo hace 30 años en un momento de angustia.

- ¿Por usted o por la salud de un familiar?

- Por mi padre, que estaba muy grave. Entonces hice votos al santo por su recuperación y formulé el compromiso de entregarle en cada fiesta, tanto en la de invierno como durante el verano, una pareja de palomas, que son símbolo de la libertad y la pureza, pero con la condición de que quien se llevara la puja debía devolverlas al aire ante el público.

- ¿Y ha cumplido siempre en los dos San Benitos del año con esta ofrenda?

- Siempre. Incluso este año fui a buscarlas a las siete de la mañana para traerlas al santuario. Y si un año, por cualquier circunstancia, no puedo, las mando traer por algún conocido.

- Entiendo que su padre se restableció en aquella ocasión.

- Sí, se recuperó, y, de hecho, sigue hoy vivo.

- Ha pujado usted por soltar sus propias palomas, y se ha llevado el derecho, nada más y nada menos, que por 30 euros.

- Sí, muchos pujamos, no por el dinero sino por conservar la tradición y colaborar con la fiesta, es otra forma de dar un donativo al santo.

- ¿Sus palomas que cada año se sueltan en San Benito regresan a su palomar?

- Aunque no son palomas mensajeras algunas sí vuelven, otras se acaban yendo. Tengo una que retornó diez años seguidos.

- Pero no solo las palomas, usted se ha llevado el ave más codiciada de la tarde: un pavo por 50 euros.

- Sí, es un pavo que también había traído yo como ofrecimiento al santo. Siempre que puedo suelo traer algún animal a mayores, aparte de las palomas. Y en este caso, en parte me obligué moralmente a recuperarlo. Hay devotos que lo hacen: pujan por recuperar los animales que antes donaron al santo.

- Las poxas de Lores mantienen el tirón, pero ya sin el esplendor de antaño.

- Sí, es cierto, porque está retrocediendo el rural, hoy criar animales está muy complicado: si cumples con todos los requisitos que te exige la ley, además de un quebradero de cabeza, no es rentable. Para seguir criando tienes que ser un amante de los animales, ese es mi caso, los crío en mi casa de Areas, porque me gustaron desde siempre, de hecho tengo medio centenar de palomas. Nunca he sacrificado una, las palomas me gustan porque son un símbolo de paz y me agrada verlas en libertad.

- ¿Piensa usted que con esta generación irán desapareciendo las poxas?

- Puede que aún se mantengan. Incluso en esta tarde es agradable ver a tanto niños aquí con sus padres. Es una manera de ir empapándolos en esta tradición, es bueno que vean las poxas, que curioseen y ver el ambiente que se respira en ellas. Pienso que así los hijos irán imitando a sus padres y espero que la tradición se mantenga en el tiempo, es algo a conservar en el pueblo.

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