El joven de Catoira al que se investiga por una presunta agresión sexual a un sexagenario de Rianxo ha ingresado hoy en prisión, después de declarar a lo largo de esta jornada en el juzgado número 3 de Vilargarcía de Arousa.

La presunta víctima tuvo que ser operado por las heridas sufridas durante el supuesto "encuentro sexual". Las autoridades estaban investigando la naturaleza de los actos, que acabaron con el sexagenario sin un trozo de oreja.

La Guardia Civil abrió una investigación para determinar si existió agresión sexual, como al parecer indicó la víctima, o si las graves heridas que sufre M.F. fueron consecuencia de sexo consentido, que es la defensa del presunto agresor.

Ambos en estado ebrio

Como avanzó FARO en su momento, de lo que no hay duda es de que ambos estaban ebrios, ni de que tras conocerse se dirigieron a un lavadero público situado en el lugar de Tarrío; en una zona apartada, rodeada de fincas de cultivo y distante unos seiscientos metros del campo de las fiestas.

Bajaron al "pilón" de Tarrío, como lo conocen los vecinos, por un estrecho vial, con una pronunciada pendiente. Fue allí donde mantuvieron relaciones. A consecuencia de las mismas el sexagenario herido sufrió fuertes desgarros.

Al ser encontrado, tirado en el lavadero, semidesnudo y sangrando abundantemente, se comprobó que, además, había sido mordido en varias partes de su cuerpo. Uno de esos mordiscos le arrancó un trozo de cartílago de la oreja izquierda.

Fue trasladado en ambulancia al hospital de O Salnés, donde los agentes encargados de interpelarlo para averiguar qué sucedió tuvieron que esperar a que superara los efectos del alcohol.

Eran casi las nueve de la mañana cuando, alertada de una posible agresión sexual, la Guardia Civil llegó a Tarrío. Allí esperaba el presunto agresor, quien aseguró que la noche anterior había conocido a M.F. y que se fueron al lavadero para practicar sexo, repitiendo una y otra vez que había sido consentido.

R.I. reconoció incluso que habían consumido alcohol y que llegó a morder a su compañero, aunque no recordaba en qué parte del cuerpo. También dijo haberse asustado al ver que su "amante" sangraba, por lo que abandonó el lugar. Aunque parece que él mismo alertó a los servicios de emergencias.

Los vecinos no daban crédito. Algunos, incluida la comisión de fiestas de Dimo, decían desconocer por completo los hechos.

Otros, sin embargo, explicaron que la víctima solo llevaba encima las llaves del coche, que fue localizado en las inmediaciones de la iglesia de Dimo y del lugar donde se había celebrado la verbena el sábado. Fue así como, tras analizar la documentación, se procedió a identificar al herido, ya que él era incapaz de articular palabra.