La jornada inaugural de la campaña de la nécora fue floja en cuanto a capturas. Cuando esto sucede se achaca a que hace mala mar, se relaciona con el estado de la luna, se reflexiona sobre la mayor o menor presencia de depredadores o se relaciona la escasez con el furtivismo, la pesca ilegal, la abundancia de agua dulce en la ría, la contaminación o la necesidad de tiempo para dar con las mejores zonas de captura. "Pero no hay disculpa que valga; los únicos responsables de la escasez de producto somos nosotros mismos, los marineros, ya que provocamos una sobreexplotación de los recursos y lo quemamos todo". Quien así se pronuncia es el grovense Moisés Otero, un armador conocido por representar al sector de los trasmallos que se dedica a la pesca de nécora y que reivindica desde hace años "una mejor ordenación por parte de la Xunta".

Convencido de que en el sector "culpamos a todo y a todos antes que a nosotros mismos", este pescador sostiene que entre los aparejos que se largan y las artes de arrastre se acaba con todo".

El problema, reflexiona en voz alta aún a riesgo de que sus planteamientos no sean bien entendidos, es que "en O Grove somos 65 barcos que podemos salir a la nécora, y a ellos se suman los del marisqueo, que cuando no tienen buena almeja piden la alternancia de artes y también se dedican a este recurso, a pesar de que nosotros no podemos ir al marisqueo; y con el pulpo sucede lo mismo, por lo que las zonas de pesca se saturan".

Recuerda que "en repetidas ocasiones pedimos a la Consellería do Mar que ampliara el plan del trasmallo hasta septiembre para así diversificar y repartir la pesca artesanal sin necesidad de que vayamos todos a lo mismo, pero no nos hacen caso y ahora estamos todos a la nécora en las mismas zonas".