La escasa asistencia a las asambleas de la comunidad de montes de Rubiáns está poniendo en peligro los proyectos de la asociación, e incluso la pervivencia del propio colectivo. Desde mayo la directiva que preside Xurxo Abuín ha convocado hasta tres reuniones, pero la falta de quorum que marca la ley les ha impedido sacar los asuntos adelante. Así, actualmente están paralizados temas tan importantes como el convenio con la Iglesia para la construcción del cementerio o tareas de limpieza del monte que necesitan de acuerdo asambleario para llevarse a cabo, y ello pese a la advertencia de la propia junta rectora a los vecinos de que la Xunta ha comenzado a multar -desde el 30 de mayo- por la acumulación de vegetación y maleza.

Xurxo Abuín lo tiene claro: "Estamos atados de pies y manos, en esta situación no se puede trabajar, no tenemos margen de maniobra y para estar de figurante, me voy". Tras la asamblea del domingo, a la que asistieron una veintena de personas (el censo de comuneros supera los 130), tanto él como los demás integrantes de la directiva tenían pensado enviar un escrito a la Consellería de Medio Rural comunicando la dimisión de sus cargos, pero ayer por la mañana el apoyo de algunos vecinos les hizo recapacitar y se comprometieron a asumir sus responsabilidades hasta diciembre, cuando se agotan los cuatro años de mandato.

Ahí se convocará una asamblea para renovar la junta rectora. Pero Xurxo Abuín no lo ve nada fácil debido a la falta de implicación, pues no hay personas dispuestas a tomar el relevo. "Las comunidades de montes van a tener un problema tremendo, sobre todo las de las zonas periurbanas. La gente suda para encontrar renovación", lamenta el actual y único presidente de la comunidad de montes de Rubiáns desde su fundación hace más de una década.

Boletín informativo

La directiva de los comuneros incluso publicó una edición del boletín O Facho para explicar al vecindario las consecuencias que pueden tener tanto la paralización de proyectos ocasionada por la falta de asistencia a las asambleas como la ausencia de relevo al frente del colectivo. "Con la nueva legislación, si no hay directiva en la comunidad, la Xunta puede declarar el monte en grave estado de abandono y entregarlo durante cincuenta años a una empresa", avisa Xurxo Abuín.

Este comunero de Rubiáns también es presidente de la Mancomunidade de Comunidades de Montes de Vilagarcía. Aunque asegura que estaría dispuesto a abandonar este cargo, cree que los estatutos le permiten seguir siendo presidente del ente mancomunado simplemente por el hecho de ser comunero. En principio no haría falta formar parte de ninguna junta rectora.