Laureano Oubiña Piñeiro, que fue condenado por tráfico de hachís en tres ocasiones, dijo ayer junto al pazo de Baión que "los mayores narcotraficantes de España no están en la cárcel ni salen en los periódicos. Unos llevan la fama y otros cardan la lana". Fue una de las declaraciones que realizó en la presentación de sus memorias, "Toda la verdad".

Fue un acto atípico, en el que el cambadés se ofreció a contestar las preguntas de la prensa sin preámbulo alguno. Así, manifestó por ejemplo que "el de narcotraficante no es un trabajo fácil. Conozco el trabajo de la tierra. Sé lo que es trabajar en los camiones, en el mar, y no hay peor trabajo que el de contrabandista o narcotraficante. Terminas reventado por el estrés".

A la pregunta de qué mueve a algunas personas a cruzar la línea y a traficar con tabaco o drogas, señaló que "contrabandistas de verdad hubo pocos, oportunistas muchos. Es la adrenalina, el que lo lleva en la sangre no lo hace por dinero". Admite que vio la muerte cerca más de una vez por culpa de sus negocios ilícitos, "la primera fue por un asunto de tabaco, en el muelle de Meloxo, en O Grove", y dijo de otro histórico capo arousano, José Ramón Prado Bugallo, "Sito Miñanco", que "amigo mío era antes y va a seguir siéndolo toda la vida. Es una gran persona. Que no se olvide que cuando lo detuvieron ahora la Udyco cumplía 50 años".

A lo largo de sus intervenciones, Oubiña hizo uso de las respuestas jocosas e irónicas que le hicieron famoso en toda España durante el juicio de la Nécora. Así, por ejemplo, cuando le preguntaron si no temía demandas por la publicación de su biografía, respondió que no, y que "además yo en los juzgados ya lo paso bien, me excitan, son mi Viagra". En otro momento, zanjó la cuestión de por qué nunca buscó un acuerdo judicial para suavizar sus condenas con un rotundo "antes muerto que chivato".

Y declaró que el negocio del narcotráfico sería imposible sin la complicidad de algunos miembros de las fuerzas de seguridad. "Les tenías que dar la maquía", en alusión a la práctica tradicional de dar parte de la cosecha al molinero.

El arousano avanzó que probablemente haya segunda parte de sus memorias ("escrita ya está", dijo), y explicó la razón de que este primer volumen haya adelgazado desde las 500 páginas iniciales, hasta las algo menos de 300 que ha publicado finalmente. "Hasta el 2 de septiembre me debo a los jueces", explicó en alusión a su fecha de licenciamiento por blanqueo de dinero. "A partir de ahí, a calzón quitado". Sostiene que publica este libro porque quiere contar su versión de lo sucedido en las últimas décadas, y volvió a cargar contra la serie de televisión "Fariña", de la que afirma que "de real solo tiene algunos nombres".