Nadie sabe con certeza cuantas personas había en la plaza de Fefiñáns la noche en que los Heredeiros da Crus tocaron en la Festa do Albariño de Cambados. Pero el concejal de Cultura, Víctor Caamaño, cree que podían ser de 8.000 a 9.000. "Para avanzar 20 metros tardabas media hora", recuerda el edil. Pero esas imágenes no volverán a verse, presumiblemente.

El 2 de julio entra en vigor una nueva ley autonómica de Espectáculos, y será mucho más estricta en determinados eventos. Uno de ellos es el aforo de los conciertos más multitudinarios. El Concello de Cambados ha tomado nota, y Víctor Caamaño anuncia que en los conciertos del viernes y el sábado de la próxima Festa do Albariño habrá control de aforo, y que se impedirá que se junten al mismo tiempo en la plaza más de 4.000 o 5.000 personas.

De eso se encargará un equipo de entre 10 y 15 personas de una empresa de seguridad, que se ubicará en puntos determinados de la plaza, desde los que irán controlando el número de espectadores que acceden a la zona acotada mediante unos contadores digitales. Según el edil, habrá una persona que coordinará al equipo, de modo que cada cuarto de hora sabrá aproximadamente cuánta gente está escuchando el concierto.

Si en un momento determinado se supera el fijado para ese día (de 4.000 a 5.000 personas, dependiendo de las dimensiones del escenario del grupo o de si se habilita o no la alameda) se tomarán las medidas pertinentes para proceder al desalojo paulatino.

La Lei de Espectáculos de la Xunta, que trae de cabeza a muchas comisiones de fiestas parroquiales, implicará por lo tanto cambios en citas emblemáticas como los conciertos de la Festa do Albariño o de las fiestas de San Roque, en Vilagarcía. En el caso de Cambados, el control de aforo se hará solo el viernes y el sábado, que es cuando más gente acude a la villa y cuando tocan los grupos llamados a atraer a más público, como es el caso de Dakidarría o del rapero sevillano Tote King, que actúan el sábado.

Víctor Caamaño explica que estos cambios propiciarán un encarecimiento de las fiestas, pues se estima que la empresa de seguridad cobrará entre 3.500 y 4.000 euros por día. En cualquier caso, el concejal admite que al ver las avalanchas de gente que acudieron a la fiesta en los últimos años, "uno de los aspectos que más nos preocupa es el de la seguridad".

De todos modos, la nueva ley también es más estricta con otro de los elementos más tradicionales de las verbenas gallegas, como son los fuegos de artificio. Sin salir de Cambados, el espectáculo pirotécnico con el que se cierra la Festa do Albariño el domingo a medianoche, y el Combate Naval de Vilagarcía son dos de los eventos más grandes y multitudinarios. "A lo que nos obliga la nueva ley -explica de nuevo Caamaño- es a tener una persona de seguridad controlando la zona ya desde el punto en el que se descarga el material pirotécnico". Hasta ahora, ese vigilante solo tenía que estar presente durante el espectáculo en sí.

Desconocimiento

Fuentes consultadas indican que, por término general, las comisiones de fiestas saben poco de la nueva ley. La mayoría de ellas están formadas por personas que tienen otras ocupaciones, y que dedican a las comisiones unas horas cada semana, quitadas a su tiempo libre y a su familia. Pero eso les impide tener un conocimiento exhaustivo de las nuevas normas.

A modo de ejemplo, el presidente de una de las tres comisiones de fiestas que hay en O Sixto (Vilagarcía), José Luis Vidal, admite que él solo conoce algunos aspectos de la ley. "Estos días voy a ir a la Xunta de Galicia en Pontevedra con un representante de orquestas para que nos expliquen bien que hay que hacer", declaró ayer.

O Sixto organiza algunas de las verbenas más multitudinarias de la comarca. En esta minúscula localidad de Vilagarcía hacen en agosto cuatro días de fiestas, y hay tres comisiones distintas, de ahí que la rivalidad entre las mismas propició históricamente que en la parroquia tocasen orquestas que ni siquiera Vilagarcía o Cambados se podían permitir. Por ello, las de O Sixto fueron siempre verbenas que atraían a mucha gente, de ahí que sea una de las parroquias a las que afecte más la nueva ley.

A la espera de conocer mejor las nuevas normas, lo que teme José Luis Vidal es que sea tan rígida que ponga en riesgo las fiestas rurales. Algo que él consideraría un error, "porque la verbena es un patrimonio cultural gallego", aseveró.

En Cambados, el Ayuntamiento convocó en febrero pasado una reunión con las comisiones de fiestas precisamente para explicarles los cambios que introduce ahora la Xunta. Caamaño aseguró ayer que, al menos por el momento, no tiene constancia de que los nuevos requisitos hayan causado la cancelación de alguna fiesta.